CIENCIA Y SALUD
29/12/2025 | 13:46
Redacción Cadena 3
Un equipo de investigación del CONICET reveló que la bacteria multirresistente Acinetobacter baumannii, un patógeno crítico para la salud humana, posee un reloj biológico circadiano que se sincroniza con los ciclos de luz diarios. Este hallazgo, publicado en la revista Communications Biology, podría implicar un cambio de paradigma en la comprensión de los procesos de infección y en los tratamientos antibióticos actuales.
Acinetobacter baumannii es conocida por causar infecciones intrahospitalarias y por su resistencia a múltiples antibióticos. La mayoría de las cepas que circulan en hospitales son difíciles de tratar, lo que genera alta mortalidad en pacientes que ingresan por otras patologías. La investigadora María Alejandra Mussi, líder del estudio y miembro del Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (CEFOBI), explicó que, tras años de investigar los mecanismos de resistencia a antibióticos, el equipo descubrió que estas bacterias pueden sensar luz, un hallazgo inesperado ya que se asumía que eran ciegas a diferencia de las bacterias fotótrofas.
El grupo del CEFOBI fue pionero en demostrar que estas bacterias quimiótrofas pueden percibir la luz. La investigación se centró en entender el propósito de esta capacidad. Mussi y su equipo encontraron que la percepción de la luz afecta diversos procesos fisiológicos de la bacteria, incluyendo su motilidad, metabolismo, formación de biofilms y capacidad de producir enfermedad. "La luz regula comportamientos globales de la bacteria y, en colaboración con Diego Golombek y María Laura Migliori, demostramos que esto se relaciona con un ritmo circadiano", afirmó Mussi.
Valentín Permingeat, becario doctoral del CONICET y primer autor del estudio, destacó que esta es la primera vez que se demuestra que estos patógenos tienen un ritmo circadiano, lo que reconfigura la comprensión de los procesos de infección. "Este descubrimiento implica que el microorganismo se comporta de manera diferente en distintos momentos del día", explicó.
Además, el estudio indica que Acinetobacter baumannii tiene un reloj biológico que puede ser entrenado por la luz. Esto significa que, incluso en ausencia de estímulos externos, los ritmos circadianos continúan funcionando. "Demostramos que su ritmo endógeno está generado por un reloj biológico", subrayó Permingeat.
Este descubrimiento sugiere que la susceptibilidad a antibióticos podría variar según el momento del día, lo que abre nuevas perspectivas sobre la interacción huésped-patógeno. "Los patógenos podrían sincronizar su ritmo circadiano con el de los humanos para optimizar la infección", concluyó Permingeat.
"Este hallazgo reivindica el valor de los jóvenes investigadores y el compromiso del equipo para desarrollar esta investigación, que representa un aporte único en el mundo", finalizó Mussi.
¿Qué descubrieron los investigadores?
Descubrieron que la bacteria Acinetobacter baumannii posee un reloj biológico circadiano que se sincroniza con los ciclos de luz.
¿Quién lideró el estudio?
El estudio fue liderado por la investigadora María Alejandra Mussi del CONICET.
¿Dónde se publicó la investigación?
La investigación fue publicada en la revista Communications Biology.
¿Por qué es relevante este hallazgo?
Este descubrimiento podría cambiar la forma de entender las infecciones y los tratamientos antibióticos actuales.
¿Qué implica el reloj biológico en la bacteria?
El reloj biológico podría afectar la susceptibilidad a antibióticos según el momento del día.
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