Ciencia y tecnología
05/04/2025 | 22:50
Redacción Cadena 3
Redacción Ciencia (EFE).- Los recortes presupuestarios y las modificaciones en el sistema científico bajo el mandato de Donald Trump han llevado a casi 2.000 investigadores en Estados Unidos a enviar un SOS, una advertencia que ha alcanzado también a Europa. Países de este continente comienzan a organizarse para integrar a estos profesionales altamente calificados.
Investigadores de universidades, Institutos Nacionales de Salud (NIH) y otros centros han denunciado durante semanas, tanto en medios de comunicación como en manifestaciones, el posible colapso del liderazgo mundial de EE.UU. en el ámbito científico.
Una acción destacada fue la publicación, el pasado lunes, de una carta abierta firmada por cerca de dos mil científicos. En ella, se insta al gobierno de Trump a detener su ofensiva contra la ciencia y se menciona la censura y el deterioro de la independencia del ámbito científico.
«Compartimos diferentes convicciones políticas, pero como investigadores, estamos unidos en la defensa de la investigación científica independiente. Enviamos este SOS para lanzar una advertencia clara: la actividad científica del país está siendo diezmada».
Los firmantes son académicos de renombre, incluidos premios Nobel, miembros de academias de ciencias, ingeniería y medicina. Ellos indican que la administración de Trump ha reducido «drásticamente» el financiamiento de las agencias científicas, ha cancelado subvenciones y ha dificultado la cooperación internacional.
Los recortes han llevado a las instituciones a cancelar iniciativas de investigación, incluidos estudios sobre nuevos tratamientos y a despedir a personal docente, mientras que varios investigadores españoles, como Antoni Ribas y Joan Massagué, se expresan al respecto.
El mensaje final de la carta advierte que si la investigación se desmantela, EE.UU. perderá su «ventaja científica».
«Otras naciones se encargarán de liderar el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades y tecnologías del futuro. El daño a nuestra capacidad científica podría tardar décadas en repararse».
Esta alarma ha empezado a ser considerada en Europa. Ocho economistas alemanes solicitaron esta semana al gobierno de su país que desarrolle un programa para atraer a científicos de EE.UU., resaltando que los mejores investigadores están cada vez más afectados por recortes en su país.
En una carta abierta publicada en Der Spiegel, argumentan que, aunque esto representa un riesgo para la innovación global, también se presenta como una «oportunidad para Alemania y Europa», proponiendo la creación de «planes generosos y precisos» para lograrlo.
Francia también está en marcha. Se espera que el gobierno de ese país anuncie un plan, coordinándose con universidades y centros de investigación, para atraer a los científicos que busquen emigrar, tal como lo informó el ministro de Enseñanza Superior, Philippe Baptiste.
Baptiste considera que en Francia y otros países europeos como Alemania y España existe una larga tradición de hospitalidad y libertad académica, valores que muchos investigadores en EE.UU. sienten que están amenazados actualmente.
El Parlamento Europeo también ha abordado este tema. Ekaterina Zakharieva, comisaria de Empresas emergentes, Investigación e Innovación, defendió la libertad de cátedra, que desde Bruselas se considera jeopardizada en EE.UU. en temas como cambio climático y vacunas.
«La libertad de cátedra, la libertad académica, se ve amenazada a nivel global. Como cuna de la ilustración y de la revolución científica, Europa tiene el deber de protegerla».
«No podemos permanecer inactivos», expresó la comisaria, instando a que “Europa debe ser el mejor lugar para hacer ciencia e investigar, un sitio atractivo para investigadores tanto de la Unión Europea como del resto del mundo».
Recientemente, varios ministros, incluida la española Diana Morant, escribieron a Zakharieva enfatizando que la libertad académica puede estar en riesgo en cualquier parte del mundo.
A pesar de no mencionar explícitamente a EE.UU., destacan que la Unión Europea cuenta con múltiples recursos para atraer talento internacional y solicitan acción y diálogo urgentes para coordinar esfuerzos y organizar una conferencia de alto nivel.
Además, una encuesta reciente de la revista Nature reveló que el 75% de los investigadores en EE.UU. consideran la posibilidad de abandonar el país por estas circunstancias.
Luis Serrano, director del Centro de Regulación Genómica de Barcelona, confirma que en su centro han recibido entre diez y doce expresiones de interés de investigadores en EE.UU. durante el último mes y medio, destacando que muchos de ellos no son nativos estadounidenses.
Para atraer y retener este talento en España, Serrano sostiene que es necesario mejorar el financiamiento para los mejores centros y universidades y aumentar los recursos de programas como Atrae o Icrea, asegurando que todos los candidatos compitan en igualdad de condiciones.
Atrae es un programa que busca atraer investigadores de alta calidad provenientes del extranjero para trabajar en España, respaldado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. En sus primeras convocatorias, se logró incorporar a 58 investigadores, y recientemente se está trabajando para fortalecer el programa y aumentar su presupuesto.
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