El descubrimiento que permite a las neuronas usar grasas como fuente de energía

Investigadores de la Universidad de Queensland (Australia) y de la Universidad de Helsinki (Finlandia) descubrieron que las neuronas tienen la capacidad de utilizar las grasas como fuente de energía, desafiando la creencia de que dependen únicamente de los azúcares. Aún más sorprendente, cuando aumenta la demanda de energía del cerebro, las neuronas pueden producir grasas propias a partir de componentes reciclados de sus propias células. Este proceso depende de una proteína crucial conocida como DDHD2.

Un descubrimiento que puede cambiar vidas

En un raro trastorno cerebral denominado Paraplejía Espástica Hereditaria 54 (HSP54), la proteína DDHD2 no funciona correctamente. Esta falla impide que las neuronas generen las grasas necesarias para su energía y operación normal, lo que provoca problemas de comunicación entre las células nerviosas desde edades tempranas.

Los niños afectados por HSP54 suelen evidenciar dificultades motrices y cognitivas a una edad muy temprana. Sin embargo, este nuevo hallazgo brinda razones para el optimismo. En experimentos de laboratorio, los científicos trataron neuronas dañadas con suplementos específicos de ácidos grasos y encontraron que, en tan solo 48 horas, las células recuperaron su producción de energía y actividad normal.

"Este es un verdadero cambio de juego", afirmó la Dr. Merja Joensuu, quien concibió el proyecto y lideró el estudio en el Instituto Australiano de Bioingeniería y Nanotecnología. "Hemos demostrado que las neuronas sanas dependen de las grasas como combustible, y cuando esta vía falla en condiciones como la HSP54, puede ser posible reparar el daño y revertir las neuropatologías".

Nuevas tecnologías impulsan el progreso

Los investigadores se preparan ahora para la siguiente fase de su trabajo, que implicará evaluar la seguridad y eficacia de tratamientos basados en ácidos grasos en modelos preclínicos. Estos estudios determinarán si enfoques similares podrían eventualmente utilizarse en humanos y si este sistema energético basado en grasas podría tener un papel en el tratamiento de otras enfermedades neurológicas que actualmente carecen de terapias efectivas.

"Continuaremos la emocionante colaboración con nuevas tecnologías no invasivas para imaginar el cerebro y, por lo tanto, fomentar un desarrollo más rápido de la terapia potencial. Este avance no solo reescribe los libros de texto, podría transformar vidas", explicó el Dr. Giuseppe Balistreri de la Universidad de Helsinki.