Nora Dalmasso.

Caso Dalmasso

Tres estaciones de un viaje a la impunidad

05/07/2022 | 11:55 | El final del juicio contra el viudo Marcelo Macarrón dejó al descubierto la más amarga sensación social: el crimen de Nora iba a quedar sin culpables.

Redacción Cadena 3

Juan Federico

"Voy a pedir la absolución", dijo el fiscal Julio Rivero, exactamente a las 12.23 del martes 5 de julio de 2022. En ese instante, la impunidad judicial terminó de sellarse para siempre sobre el femicidio de Nora Raquel Dalmasso, ocurrido el 25 de noviembre de 2006 en el barrio Villa Golf, de Río Cuarto. 

Un juicio que había comenzado el pasado 14 de marzo, cuando aún el verano bañaba los tribunales de la ciudad del sur cordobés, que atravesó todo el otoño y que terminó por extinguirse en los albores del invierno. En el medio hubo largas y tediosas audiencias en las que una vez más se habló más de la víctima que de cualquier posible culpable. Horas donde los varones volvieron a medirse su cuota de poder, desnudando sus miserias disfrazadas de ambiciones. Tres estaciones de un viaje a ninguna parte.

A las 12.23 del martes 5 de julio de 2022, la Justicia de Córdoba atentó contra si misma. Si hay algo que el clamor popular ya preveía hace casi 16 años, cuando el cadáver de Nora quedó envuelto en el vaho hediondo de un manoseo mediático y público es que nunca se iba a llegar a la verdad judicial. En más de una década y media, diversos funcionarios judiciales, policiales y políticos se encargaron de confirmar aquella amarga sensación.

Un secretario de Seguridad que renunció, cinco fiscales que amasaron el expediente bajo teorías totalmente diferentes, un fiscal General que terminó por dar un paso al costado, una cúpula policial que terminó removida, avezados investigadores que fueron acusados de recibir dádivas, espías que hablaban de informes falsos, tres forenses que analizaron la misma escena del crimen bajo teorías contrapuestas, material genético que de manera increíble aún hoy nadie puede precisar si se trataba de semen o no, la promesa de un gobernador de llegar "hasta las últimas consecuencias" y hasta el involucramiento del FBI no fueron suficientes para llegar a la verdad. 

Más que crimen perfecto, el asesinato de Nora ya quedó para siempre en la Historia como la muestra más brutal de una Justicia (y de un sistema) demasiado imperfecta.

Durante este juicio, no sólo que el viudo llegó acusado bajo una teoría sin antecedentes en todo el país (jamás se condenó a un autor intelectual sin precisar quién fue el que materializó el crimen), sino que a lo largo de las audiencias tampoco se observó mayor empeño para desentrañar los otros indicios que había señalado el fiscal acusador, Luis Pizarro, quien de manera grotesca no estuvo sentado junto al fiscal de Cámara. 

Julio Rivero jamás se mostró punzante ni convencido en ahondar sobre las supuestas crisis del matrimonio Macarrón Dalmasso, ni sobre la real situación financiera del viudo, ni sobre aquel viaje que hizo para jugar al golf en Punta del Este ni mucho menos para conocer qué pasaba entre Nora y el empresario Miguel "el Francés" Rohrer, sindicado en el juicio por los hijos de la víctima como el real asesino. 

Como si hubiera sido necesario agregarle más patetismo a todo este derrotero judicial, en medio de las audiencias, mientras se pretendía que todos creyéramos que se estaba buscando la verdad detrás de este crimen, se hizo noticia nacional el portazo que el fiscal Rivero dio ¡en un grupo de Whatsapp! Con insultos, asegurando que no se sentía con apoyo de sus pares, el funcionario judicial abandonó un grupo informal de fiscales de toda la provincia, algo que no le debería haber interesado a absolutamente a nadie, pero terminó por ser materia de información pública e incluso el propio Rivero se prestó a dar declaraciones a la prensa al respecto.

Mientras tanto, el fiscal, al igual que los cinco instructores que tuvo el expediente, dejó que todo continuara naufragando en esas mismas aguas turbias pero mansas en las que el caso descansó desde aquel 26 de noviembre de 2006 cuando el cadáver desnudo de Nora terminó por dejar a todo un sistema al descubierto.



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