No hubo delito en la muerte de la modelo en el country

"No se trata aquí de responsabilizar a Elinna Rolón de lo que le ocurrió, si no, de explicar por qué no se puede atribuir penalmente a otra persona su muerte".

De esta manera, el fiscal Juan Pablo Klinger explicó la decisión de archivar la investigación por la caída que le terminó costando la vida a la joven en un country de La Calera.

/Inicio Código Embebido/

/Fin Código Embebido/

Elinna tenía 30 años, se dedicaba al modelaje y estaba radicada en Córdoba desde hacía 11 años. También era integrante de la comparsa “Bella Flor”, de la localidad formoseña de Estanislao del Campo, de la que era oriunda.

El 19 de agosto pasado, ella, una amiga y dos muchachos llegaron a una casa ubicada en el country La Cuesta, de La Calera, tras haber estado reunidos en un bar.

Para ingresar en la vivienda, debieron trepar por una empinada escalera. Fue entonces que Elinna se percató de que se había olvidado el celular en el auto. Pese a que uno de los jóvenes fue a buscar el aparato, ella intentó seguirlo. Y fue entonces que se cayó de la escalera, desde una altura de unos dos metros. Jamás se despertó. Sufrió una fractura de cráneo y murió tras una semana de internación.

Desde entonces, comenzaron a rondar todo tipo de versiones en torno a su fallecimiento. Una joven modelo muerta en un country contribuyó a alimentar un morbo innecesario detrás de la difusión de esta causa.

Su familia se constituyó como querellante a través del abogado Carlos Nayi y planteó sus dudas sobre lo ocurrido.

Y en silencio, el fiscal Klinger comenzó a reunir elementos, despejar las conjeturas y a elaborar la verdad judicial de lo sucedido.

Ahora, decidió archivar la causa, ya que entendió que se trató de un "accidente", sin participación de terceros, medida que no fue apelada por la familia de la joven.

A través del relato de los otros tres jóvenes que esa madrugada estaban con ella y el cotejos de las conversaciones por celular que ellos mantuvieron tras la caída de Elinna, el fiscal reconstruyo que todo se trató de un accidente. Que la joven estaba alcoholizada, que pisó mal y que la escalera no tenía barandas.

"La coherencia de sus testimonios, ratificada por toda la prueba documental agregada y justipreciada en detalle, da por tierra cualquier sospecha irreflexiva vinculada a la existencia de un acuerdo espurio para encubrir un crimen o que alguno de los testigos haya declarado con su voluntad viciada", se destacó en el archivo de la causa.

Si bien los peritos establecieron que la construcción adolecía de algunas medidas de seguridad, Klinger destacó que esto no era indicativo para imputar a algún responsable. 

Si bien "quien construyó o dirigió la construcción de la escalera creó un riesgo no permitido que tuvo un nexo específico con el resultado mortal de Elinna Rolón (...) la víctima, mayor de edad y plenamente capaz, asumió libremente –sin tener su voluntad viciada por error o coacción- exponerse al riesgo a pesar de encontrarse bajo los efectos del alcohol (situación en la que se colocó también voluntariamente) y de ser advertida sobre la peligrosidad de la escalera", se destacó.

Informe de Juan Federico.