Fórmula 1, GP de Alemania
28/07/2019 | 11:00 | El hijo del siete veces campeón del mundo giró en Hockenheim sobre la Ferrari con la que su padre Michael conquistó el último de sus títulos. El público alemán celebró el homenaje con emoción.
La previa de la clasificación del Gran Premio de Alemania 2019 de Fórmula 1 presentó un detalle especial. En un momento, un sonido distinto, pero conocido, comenzó a llenar la atmósfera de una expectación singular con la que el público germano lo acogía: era el del motor de la vieja Ferrari F2004, la del último campeonato con el que la leyenda más grande del automovilismo de ese país, Michael Schumacher, coronó su séptimo campeonato mundial de F1.
Al volante de "la bambina" -que le pertenece al coleccionista argentino Luis Pérez Companc, quien estaba en el circuito con toda su familia- iba Mick Schumacher, el hijo de Michael que a los 20 años asciende raudamente en su camino hacia la máxima fórmula, es campeón de F3 Europea y uno de los prospectos más cuidados por la Academia Ferrari de pilotos. Mick ocupa hoy un puesto en el equipo Prema de F2, donde termina de formarse para dar el salto a F1.
Sus vueltas en Hockenheim de ayer fueron apenas un gesto, una reverencia a la insuperable carrera de su padre que sobrevivió a un gravísimo accidente de esquí a fines de 2013 y es protegido herméticamente en el seno familiar, sin que se conozca mucho de su situación.
El casco de Mick Schumacher estaba decorado con la mitad de su color y la mitad del color de su padre. ¿Quién sabe si Michael pudiera haberlo visto manejar su auto, con su equipo, con su público y en su país? Solo él, su madre Corinna y algunos cercanos más, entre los que se encuentra el actual presidente FIA y antiguo director de Ferrari, Jean Todt, lo saben.
Lo cierto es que el momento fue más que emotivo y llenó el corazón de los fanáticos alemanes que recuerdan enormes momentos de gloria entregados por una de las máximas figuras de su deporte.
-cadena3motor-