Hamilton mira incrédulo la goma rota que casi le impide ganar otra vez en su país

Fórmula 1 - 2020

En tres ruedas, Hamilton lo puso a más de 230 para ganar

05/08/2020 | 10:40 | El dato en Km/h se puede observar en el gráfico de velocidad de su vuelta final en Silverstone que publica hoy la página oficial de la categoría. Su emocionante relato del insólito desenlace del GP.

Lewis Hamilton dijo después de la carrera que le pedía a Dios que nada malo pasara para cruzar la meta y ganar por séptima vez en Silverstone el domingo. Lo que vimos en la última vuelta puede haber parecido fácil, pero no lo fue fue.

Pirelli explicó ayer que las roturas de las cubiertas se produjeron por el excesivo estrés al que fueron sometidas por extender más de lo adecuado el 'stint' –serie de vueltas– final con autos mucho más rápidos que los del año pasado. Los equipos pusieron su segundo set de gomas en la vuelta 13 y no volvieron a parar en la carrera de 52 vueltas. Se calcula que en las curvas rápidas, el Mercedes de este año ganó hasta 13 km/h en comparación con el de 2019.

En la vuelta 51, Hamilton giró en 1m 32.1s, luego de que 'Bono' –el ingeniero Pete Bonnington– le indicó que redujera su ritmo anterior de 1m 29.4s porque su compañero de equipo Valtteri Bottas sufría probemas con sus neumáticos. Pero ni siquiera esta reducción de velocidad fue suficiente y en la recta de Wellington su neumático delantero izquierdo comenzó a desinflarse.

En el gráfico de abajo, se puede ver con claridad la diferencia de velocidad entre la vuelta 51 y la vuelta 52 de Hamilton. Con la línea roja vertical que marca el momento en que su neumático falló. Hamilton afirma que no advertía ninguna señal de que iba a suceder y que a partir de ese momento intentó mantener la calma, pensar en frío y tratar de 'llevar el auto a casa' –una frase inglesa que significa terminar la carrera– todavía en primer lugar.

El problema de los neumáticos ocurrió en alrededor de un tercio de la vuelta, dejando a Hamilton con cerca de 3,8 km de distancia por recorrer hasta la bandera de cuadros. En ese período, el seis veces campeón perdió solo 23 segundos en comparación con su vuelta anterior, gracias en parte a su compromiso y capacidad para controlar su automóvil en solo tres ruedas.

Se las arregló para tomar la curva Copse a 140 km/h (en carrera, generalmente es a 240 km/h) y Stowe a 135 km/h (usualmente es a 190 km/h), las dos curvas donde la rueda delantera izquierda está bajo el máximo apoyo y estrés.

Recorriendo la recta del Hangar –entre Chapel y Stowe– superó largamente los 230 km/h, pensando en que Verstappen le recortaba distancia. Lo cual era real y continuaba sucediendo mientras se acercaba al complejo final de mixtos previo a la curva del Club, la última del circuito. Su ventaja disminuía cada metro. Por eso, Hamilton siguió acelerando.

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Cruzó la línea dramáticamente con solo tres ruedas enteras para cerrar una vuelta final de 1m 55.484s.

No es muy frecuente –por no decir prácticamente imposible– que un piloto gane una carrera de fórmula con solo tres neumáticos enteros. Pero Lewis Hamilton lo logró en el Gran Premio Británico y admitió: "Mi corazón casi se detuvo", cuando su goma delantera izquierdo se desinfló en la última vuelta.

Así, contó esa vuelta final: "Ya había levantado y bajando por la recta se desinfló, me di cuenta de que la forma cambiaba un poco", –dice Hamilton–. "Definitivamente, se me vino el corazón a la boca porque no estuve totalmente seguro de que se hubiera desinflado hasta que no pise los frenos y pude ver que el neumático se salía de la llanta".

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"Solo lo manejaba –relata Lewis– tratando de mantener la velocidad. Temía que se despedazara y me rompiera el ala. Solo estaba rezando para llegar y no ser demasiado lento. Casi no llego a las últimas dos curvas. Pero gracias a Dios lo hice. Realmente se lo debo al equipo, en última instancia, tal vez deberíamos haber parado sobre el final cuando vimos las delaminaciones".

"Bono me daba la información de la diferencia", comenta Hamilton sobre el desenlace. "Creo que eran 30 segundos en la última vuelta y se estaba reduciendo bastante rápido. El auto parecía doblar bien a través de Maggots y Becketts. Afortunadamente, llegué a la curva 15 y ahí fue donde se puso un poco difícil, y pude escuchar que la diferencia se redujo de 19 segundos a 10 y recuerdo haberlo acelerado a fondo de la curva 15 (Stowe) a la 16 (Vale) pero la cosa no terminaba".

"Así que llegué a esa curva y tuve un montón de subviraje –ida de trompa, comenta el campeón– y escuché que estaba a nueve [segundos], ocho, siete y yo estaba dándole potencia otra vez tratando de que no haga un trompo. Definitivamente, nunca he experimentado algo así en una última vuelta,casi se me para el corazón".

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El relato en primera persona de la tercera victoria consecutiva de Hamilton en 2020, después de cuatro carreras, no puede menos que emocionar, por el nivel de dificultad que una carrera casi definida, le presenta inesperadamente en el final. Analizábamos hace siete días que todas las condiciones parecen estar dadas en favor del inglés para ir en la búsqueda del máximo récord, el de los siete títulos de Michael Schumacher. Este increíble golpe de suerte en el cierre del Gran Premio de Gran Bretaña, lo vuelve a reafirmar.

Cuentan las crónicas que cuando Charles Leclerc superó con su Ferrari al Mercedes #44 herido en la vuelta de honor, y vio cómo estaba la delantera derecha del campeón, exclamó por la radio de su equipo: "¿Hamilton ganó con eso en su llanta? ¡Wow, eso sí que es una locura!"

Cadena 3 Motor. Fuente y fotografías de gentileza de formula1.com y auto motor und sport