Carlos Sainz y su primera victoria mundial en el Rally Acrópolis 1990

Leyendas del automovilismo

30 años de la primera victoria mundial del gran Carlos Sainz

06/06/2020 | 12:11 | Fue un 6 de junio de 1990 en el Rally Acrópolis de Grecia, con la Toyota Celica GT-4 que lo consagraría campeón mundial, también por primera vez, ese año. El contexto, los recuerdos de un hito en WRC.

Hoy se cumplen 30 años de la primera victoria del español Carlos Sainz en el Campeonato Mundial de Rally. Fue un 6 de junio de 1990, en el Rally Acrópolis, en Grecia, donde venció con su Toyota Celica GT-4 a la armada de los Lancia Delta HF Integrale 16v de Juha Kankkunen —por 46 segundos— y el campeón del mundo Massimo Biasion —a 2 minutos y 58 segundos—. Era una prueba extenuante que, además de los polvorientos y pedregosos caminos por las cuestas griegas, estaba planteada a lo largo de cuatro etapas, con 612 kilómetros de pruebas especiales. El doble, casi, de un recorrido actual.

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El madrileño Sainz era una de las piezas nuevas en el contexto de la lucha por la victoria de aquel mundial de 1990. Su llegada al equipo oficial Toyota que regenteaba desde Colonia, Alemania, el sueco Ove Andersson, en 1989 fue una apuesta fuerte, debido a que —aunque ya había sido oficial con Ford— todavía no tenía victorias. Y no las logró en ese primer año, donde a él y al auto, todavía les faltaba algún rodaje.

Sainz es un piloto que hizo una escalera meritual indiscutible para llegar a su posición en un equipo de Campeonato del Mundo.

Luego de enseñar condiciones deportivas y técnicas de distinción en los rallies de su país, sus buenos desempeños con el Ford Sierra oficial en 1988, en Montecarlo, primero, y en San Remo liderando dos etapas en la niebla y la lluvia con simple tracción enfrentando en su tierra a los Lancia integrales, hicieron que Andersson lo espere casi dos horas en la recepción de su hotel de Turín para ofrecerle un contrato para el año siguiente, luego de que Carlos accediera a su primer podio en aquella carrera italiana.

Aunque el año 89 arrancó duro, con cuatro abandonos seguidos, Montecarlo —despiste y luego rotura—, Portugal —un árbol—, en Córcega —cólico renal— y en Acrópolis —rotura de suspensión—.

Sainz lo cuenta así en un maravilloso reportaje del gran colega español Paco Grande que puede verse en Youtube:

"Fuimos muy rápidos y nos sacudimos dos o tres guantazos importantes. Y recuerdo que Ove Andersson, después de Portugal, donde habíamos llegado a ir líderes, otra vez, éramos los únicos del equipo Toyota que luchaban con el equipo Lancia... y nos dimos un golpe fuerte, se puso a llover, nos dimos un golpe fuerte en un tramo. Y Ove Andersson, ya después de ese rally, me llama y me dice: 'Mira, Carlos. Yo sé que vas rápido. Te pido, por favor, que acabes la próxima carrera. Porque no me hace falta que me demuestres más que vas rápido. Yo sé, positivamente, que vas rápido y confío cien por cien en tí. Por favor, te pido que no te salgas más en la próxima carrera'".

La primera carrera ganada por Sainz que recordamos hoy, demostrará lo oportuno y atinado del consejo de su jefe de equipo, en aquel momento.

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Luego del cual, el piloto que este año fue consagrado por el público como "el mejor de la historia de los rallies", analizaba: "Hubo problemas con el Toyota al inicio, roturas, hasta que poco a poco se fue haciendo fiable, fui tomando confianza con el coche y al final conseguimos buenos resultados".

Entre esos resultados, el tercer puesto del 'Rally de los Mil Lagos' de Finlandia, donde había marchado en punta; tercero, también en San Remo y segundo en el RAC de Gran Bretaña, que a pesar de un correcto 8° puesto de campeonato 1989, lo dejaron muy bien perfilado para liderar la escuadra al año siguiente. Porque Juha Kankkunen partía para dejar de ser su compañero y convertirse en su máximo rival corriendo para Lancia al año siguiente.

Fueron el finlandés y su navegante —Juha Pironen— quienes le impusieron el apodo de 'El Matador'. El mismo Sainz cuenta la anécdota: "Les llamó mucho la atención que yo iba 'a por todas'; de España, por entonces, solo conocían la siesta, los toros y el jamón; y ellos decidieron que yo tenía pinta de 'matador' y que era 'El Matador' del mundial de rallies".

El año 1990 sería para Sainz la primera oportunidad de liderar la escuadra y demostrar que no solo era bueno para las carreras de asfalto, sino en todos los terrenos. Y, ya ven, su primera victoria mundial la alzó en una prueba de tierra. Y tierra, y polvo, y piedras, y gomas que se rompen, y temperatura... una de esas carreras con nivel de dificultad al tope máximo.

Hasta el momento de enfrentar aquel Rally Acrópolis 1990, un Sainz más asentado, luego de los consejos que le diera su jefe Andersson, fue 2° de Auriol en Montecarlo, abandonó en Portugal, fue 4° en el Rally Safari de Kenia y 3° en Córcega.

Claramente, aunque le faltaba aún el triunfo, se encontraba luchando por el campeonato.

Puntualmente, sobre su primer triunfo, Carlos señala: "Mi afán era demostrar siempre que en tierra iba más rápido que Kankkunen o quién fuese. Recuerdo que el coche se rompía al inicio, pero al final, ya ese año, los inicios del 90 eran más prometedores y conseguimos un 2° puesto en Montecarlo, fuimos liderando... ya buenas carreras. Y llegamos al 'Acrópolis' en un rally en el que no teníamos... por aquel entonces, había un sistema "antipinchazos" (NDR: Mousse) que tenía Michelin y que nosotros íbamos con Pirelli, no lo teníamos, que era imposible no pinchar una rueda. En Grecia, con las piedras que hay, pinchas sí o sí. Y recuerdo que Pirelli desarrolló una carcaza muy reforzada y solo pinchamos una vez, pero era un rally tremendamente duro. Al final, conseguimos ganar esa carrera, primer rally del Mundial. Creo que allí ya íbamos líderes del Mundial o casi. Ya empezamos a visualizar que teníamos opciones y que nos podíamos jugar el Mundial de Pilotos".

Recuerda bien Sainz, la victoria griega lo puso puntero del WRC por cinco puntos delante del francés Auriol de Lancia, en aquel momento.

Un rally con la friolera de 48 pruebas especiales, de las que Sainz ganó 15 con el Toyota; mientras, Kankkunen se anotó 13; Biasion, 11; Mikael Eriksson, 7; Kenneth Eriksson, 3; Markku Alen, Didier Auriol, Ari Vatanen, 2; y Alessandro Fiorio, 1. Hubo 2 cancelaciones.

Y fue el espaldarazo que lo empujó hacia el primero de sus dos títulos mundiales, en aquel glorioso 1990 para él, para su gran navegante Luis Moya, para Toyota y para Ove Andersson.

Fue en un día como hoy, hace 30 años, cuando 'El Matador' cortó sus primeras orejas en 'la Plaza Mayor' del Mundial de Rally, y nada menos que en las tierras del Minotauro.

Cadena 3 Motor. Fuentes: Wikipedia, TDP Conexión Vintage TVE, juwra.com