Astronomia
01/08/2025 | 11:46
Redacción Cadena 3
El telescopio espacial James Webb (JWST) desveló un descubrimiento fascinante: el exoplaneta K2-18 b, una súper-Tierra ubicada a 120 años luz en la constelación de Leo, podría ser un mundo oceánico gigante cubierto de agua líquida.
Este hallazgo, que refuerza la posibilidad de habitabilidad en planetas lejanos, capta la atención de la comunidad científica y reaviva la esperanza de encontrar vida extraterrestre.
Según un estudio liderado por Nikku Madhusudhan, publicado en The Astrophysical Journal Letters, las observaciones del JWST revelaron la presencia de metano (CH4), dióxido de carbono (CO2) y, tentativamente, dimetilsulfuro (DMS) en la atmósfera de K2-18 b.
“La detección de DMS es particularmente intrigante, ya que en la Tierra esta molécula está asociada con la actividad biológica del fitoplancton en los océanos”, explicó Madhusudhan en un comunicado de la Universidad de Cambridge.
Sin embargo, los autores enfatizan que esta señal requiere confirmación con futuras observaciones.
K2-18 b, descubierto en 2015 por la misión Kepler de la NASA, tiene un radio 2,4 veces mayor que el de la Tierra y una masa aproximada de 8,6 veces la terrestre.
Orbita en la zona habitable de su estrella, una enana roja llamada K2-18, lo que permite la existencia de agua líquida en su superficie.
“Los datos del JWST sugieren que el planeta podría estar cubierto por un océano global bajo una atmósfera rica en hidrógeno”, afirmó la NASA en un comunicado oficial.
El análisis espectroscópico del JWST, detallado en el mismo estudio, indica que la atmósfera de K2-18 b contiene una cantidad significativa de vapor de agua, lo que apoya la hipótesis de un mundo oceánico.
No obstante, los científicos advierten que las condiciones del planeta, como la alta presión atmosférica o la radiación de su estrella, podrían limitar su habitabilidad.
“Es un candidato prometedor, pero aún no podemos confirmar la presencia de vida”, señaló la Agencia Espacial Europea (ESA), que colabora en la operación del JWST, en un informe del 12 de septiembre de 2023.
La comunidad científica planea realizar más observaciones con el JWST para refinar los datos y confirmar la presencia de DMS, considerada una posible biofirma.
“Este descubrimiento demuestra el poder del Webb para explorar mundos lejanos y nos acerca a responder si estamos solos en el universo”, destacó Eric Smith, director del programa JWST en la NASA.
K2-18 b se posiciona como un objetivo clave para la astrobiología, y su estudio podría sentar las bases para identificar otros planetas habitables.
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