El Bambino Veyra recordó a Ringo Bonavena como un amigo.

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A 37 años de su muerte, el Bambino recordó a Bonavena

23/05/2013 | 07:03 | El ex futbolista se mostró conmovido y aseguró a Cadena 3 que ayer era "un día triste". “Lo sufrí mucho”, aseguró. Señaló que se criaron juntos en barrio Parque Patricios.

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El Bambino Veira recordó a Ringo Bonavena en un nuevo aniversario de su muerte.

Héctor “el Bambino” Veira recordó ayer con dolor a Ringo Bonavena, a 37 años de su muerte.

En diálogo con Cadena 3, el ex futbolista y director técnico aseguró que fueron amigos desde chicos, ya que eran vecinos de barrio Parque Patricios en Capital Federal.

“Fue uno de los dos personajes más populares dentro de mi existencia, uno fue Diego Maradona y el otro, Bonavena. Nos conocíamos de chicos”, aseguró el ex River.

“Es un día triste, porque se conmemora la muerte de él. Lo sufrí mucho y hasta hoy nos duele”, admitió.

“Era una persona de gran carisma y simpatía con toda la gente. Nos criamos en Parque Patricios. Yo era muy amigo de la madre, de su esposa, hijos y hermanos”, rememoró.

Hace 37 años asesinaban a “Ringo” Bonavena

Oscar `Ringo` Bonavena, uno de los boxeadores símbolo de la Argentina en la década del `70, fue asesinado un sábado 22 de mayo, un día como hoy, pero de 1976, en la ciudad de Reno, estado de Nevada, en los Estados Unidos.

Era una tarde gris y lluviosa en Buenos Aires y una noticia recorría el país: "Lo mataron a Ringo, lo mataron de un balazo", se decía.

El disparo del rifle Winchester calibre 30-30 accionado por Willard Ross Brymer, matón a sueldo de un ganster llamado Joe Conforte, el dueño del prostíbulo Mustang Ranch de Reno, apagó un corazón que a partir de allí se alojaría para siempre en la memoria de todo un pueblo.

Mientras eso sucedía, a unos 20 mil kilómetros de distancia, en Sudáfrica, vía cable coaxil, el recordado relator de boxeo Osvaldo Caffarelli trasmitía por Radio Rivadavia cómo otro grande del ring, Víctor Galíndez, combatía a todo coraje contra Ritchie Kates, defendiendo el título mundial medio pesado.

De pronto se hizo un silencio en medio de la transmisión radial: "Tenemos que informar que Ringo Bonavena murió hoy en Nevada, estamos todos consternados, esperamos que haya más precisiones al respecto", dijo Caffarelli, con la voz entrecortada por la emoción.

Ese día de mayo no fue una tarde más. Los argentinos venían recibiendo golpes bajos con asiduidad. Dos meses antes un grupo de militares había derrocado al gobierno de María Estela (Isabel) Martínez de Perón usurpando el poder constitucional e instalando en la Argentina un reinado de terror.

Eran las 6.20 en la Costa Oeste de Estados Unidos, cuando un disparo traicionero de un matón acertó al pecho de "Ringo" Bonavena, provocándole la muerte instantánea a los 33 años.

El argentino vivía en una casa rodante cercana al Mustang Ranch, un burdel situado en las afueras de Reno, propiedad del matrimonio Joe y Sally Conforte. La mujer era manager de la ya declinante campaña boxística de Bonavena.

Las relaciones entre el boxeador argentino y la señora Sally no eran del agrado del mafioso Joe, quien junto al sheriff del lugar, Robert De Carlo, le había sugerido a `Ringo` que se alejara del Mustang para evitar mayores complicaciones a la ya deteriorada relación de los esposos Conforte.

Bonavena era un ídolo con todas la letras, grande de cuerpo, de voz finita, aprendiz de cantor, bueno con los amigos y de noble de corazón. Cuando su estrella se iba apagando se fue a los Estados Unidos, camino a su ocaso boxístico.

Entre sus 67 peleas -con 57 triunfos, nueve reveses y un empate-, quedará en el recuerdo la noche del 7 de diciembre de 1970, en el Madison Square Garden de Nueva York, donde cayó en el 15to. round ante el gran Muhammad Alí, pero llegó a tenerlo a su merced en el décimo round a quien hasta se dio el gusto de llamarlo "gallina" antes del combate.

Las 150 mil personas que despidieron a `Ringo` una semana más tarde de su muerte, poblando las inmediaciones de un Luna Park que jamás se vio tan triste, ratificaron el cariño hacia el hombre que irritó al mismísimo Alí y que inmortalizó las ravioladas televisadas del domingo junto con su madre, doña Dominga.

El 4 de setiembre de 1965, Bonavena le arrebataba la corona argentina de los pesados al sanjuanino Gregorio `Goyo` Peralta, en una noc