Fortalezas y debilidades de River y Boca

Super Mega Híper Recontra Superclásico

Fortalezas y debilidades de River y Boca

01/11/2018 | 15:45 |

Quiso el destino que la última final de la Copa Libertadores con este formato de ida y vuelta sea nada más y nada menos que el clásico más importante del continente (y ahí nomás del mundo).

Diego Borinsky

Y bien, señores, el día ha llegado. ¿Cómo calificarlo? El nombre le quedará chico así lo presentemos como El Super Mega Híper Recontra Superclásico del fútbol argentino. Ya definieron un campeonato argentino en 1976, el Nacional, con aquel recordado gol del Chapa Suñé de tiro libre que le dio el título a Boca. En este 2018, el superclásico volvió a consagrar a un campeón, aunque en este caso por una Copa local, históricamente de menor rango que el campeonato, y quedó para River, con los goles de Scocco y el Pity Martínez en Mendoza (2-0). Y ahora resulta que el vencedor del superclásico levantará la Copa Libertadores de América. Es imposible que haya en juego algo más importante en un duelo entre los dos colosos del fútbol argentino. Porque en un Mundial de Clubes, la instancia superior (aunque no tan valorada como la Libertadores y la Champions League) no pueden cruzarse en una final. Y la Champions no la juegan River ni Boca (por ahora, quién sabe para dónde rumbeará el fútbol).

Ni siquiera se pueden encontrar antecedentes en otras partes del continente. Se disputaron hasta aquí 58 finales de Copa Libertadores (1960-2017), y sólo en 2 de ellas hubo frente a frente rivales de un mismo país (Brasil). Pero esos rivales no eran clásicos: San Pablo superó a Deportivo Paranaense en 2005 e Inter de Porto Alegre hizo lo propio con San Pablo el año siguiente. En la Champions, hubo 6 finales con equipos de un mismo país, de las cuales el Atlético de Madrid vs Real Madrid es lo más parecido a un clásico, aunque no es del país sino de la ciudad. Ese cruce se repitió dos veces (2014 y 2016), también jugaron el Madrid ante el Valencia (2000), luego Milan superó a Juventus en 2003, Manchester United al Chelsea en 2008, y Bayern Munich al Borussi Dortmund en 2013. Nada comparable a un River-Boca, que por supuesto trasciende las fronteras del país y del continente. Imaginamos una invasión de cronistas extranjeros para semejante evento.

En la antesala de unos días frenéticos, ya con las fechas establecidas de sábado 10 y 24 a las 16 hs, y hasta cuando aún perdura el reclamo del Gremio para ocupar el lugar de River en la final (la Conmebol se expedirá mañana, supuestamente), analizamos fortalezas y debilidades de ambos contendientes.

Las fortalezas de Boca
+ Tiene muchas variantes en ofensiva. Jugadores desequilibrantes que pueden convertir o asistir al goleador sin necesidad de elaborar demasiado juego. Sus números en esta Copa son elocuentes: 21 goles a favor (contra 14 de River), con un incremento notable en los mata-mata. Metió 8 en los primeros 6 partidos del grupo y 13 en los 6 de ida y vuelta, cuando supuestamente aumentaba el grado de dificultad. Wanchope Abila anda encendido y Benedetto volvió a estar en modo “pre lesión”. Le costó volver a embocarla, pero tras el cabezazo contra Palmeiras que abrió el choque en la Boca, su confianza se fue a las nubes y facturó desde afuera del área en ambos cruces con el Verdao. El Pipa tiene una amplísima variedad de recursos para convertir, pero le faltaba sentirse otra vez bien de la cabeza. Y lo está. Pavón y Villa son muy desequilibrantes por afuera, aunque el cordobés no atraviese su mejor momento. Y si todos esos andan mal, también tiene a Zárate, que entra y clava un tiro libre en el ángulo o elude a 5 en fila, y hasta cuenta con Carlos Tevez, que aún cerca de su retiro, pueden entrar media hora y hacer un desastre.

+ Guillermo encontró el mediocampo ideal. Con Barrios como patrullador del medio y robador de balones, como siempre lo ha sido, con Nández y Pablo Pérez logró un balance importante de marca/despliegue/juego. Este módulo lo comenzó a utilizar en los ida y vuelta de esta segunda fase y se ha consolidado.

+ Logró cierta solidez de conjunto que se le reclamaba siempre a Guillermo. Y no se amilanó, como le había ocurrido en los mano a mano de pierna áspera, en las difíciles excursiones a Belo Horizonte y San Pablo.

+ Llega en alza, sin perder ninguno de los 6 partidos eliminatorios y con buen nivel de la mayoría de sus integrantes. Apenas tiene 4 jugadores en capilla, que en caso de recibir una nueva amonestación se perderían la revancha: Olaza, Nández, Pavón y Pablo Pérez.

Las debilidades de Boca
+ Aunque muchos futbolistas han ido cambiando, el Boca de la era Arruabarrena-Guillermo cayó en los 3 cruces mano a mano ante el River de Gallardo: Sudamericana 2014, Libertadores 2015 y Supercopa 2018. Habrá que ver cuánto condiciona mentalmente este antecedente.

+ Aunque Agustín Rossi respondió con templanza tras la lesión de Andrada, es un arquero que da la sensación de que puede errar feo en cualquier momento. No da las garantías suficientes para una serie de semejante tensión.

+ A Guillermo se le ha achacado en este tiempo cierta demora para realizar los cambios y falta de lectura táctica de los partidos. Los mano a mano de esta Copa los ha superado con holgura en el marcador (6-2, 3-1 y 4-2), pero siempre después de una victoria cómoda de local. En las finales no vale el gol doble de visitante. Habrá que ver cómo reacciona Guillermo en una situación límite, si le toca vivir algo así.

Las fortalezas de River
+ Marcelo Gallardo. A través de sus casi cuatro años y medio de mandato logró transmitirle su personalidad y espíritu competitivo al equipo y se ha hecho especialista en estos duelos mano a mano, en muchas ocasiones sorteando circunstancias adversas. Su capacidad estratégica es un valor elogiado por todos, razón por la cual se ha ganado el apodo de Napoléon. Casi siempre encuentra soluciones a problemas planteados por el adversario, en especial en este formato de competencia.

+ Solidez colectiva. No olvidemos que River estuvo 32 partidos sin perder desde febrero de este año hasta que cayó con Colón y Gremio consecutivamente hace dos semanas, antes de recuperar la senda triunfal frente a Aldosivi y Gremio en Brasil. Tiene funcionamiento aceitado, los futbolistas ejecutan movimientos casi de memoria y están habituados a jugar este tipo de partidos definitorios. Eso suele darles un plus en momentos críticos.

+ El factor mental. Viene de ganarle a Boca en la Bombonera por la Superliga y de superarlo también en la final de la Supercopa. Si a los dos cruces de este año le sumamos las eliminaciones por Sudamericana 2014 y Libertadores 2015, encontraremos a un River que se percibe superior desde la cabeza ante un rival al que lo ha vencido en estos años.

+ La defensa. Es el punto más alto: con dos centrales experimentados de mil batallas (Maidana y Pinola), Montiel que se ha transformado en un hueso duro de roer y Casco recuperado, más el respaldo que le brinda un tremendo arquero como Armani. River recibió 6 goles en los 12 partidos de esta Copa, y apenas 3 en estos últimos 6 cruces eliminatorios.

Las debilidades de River
+ Casi seguro no tendrá a su capitán y válvula de equilibrio de todo el equipo (Ponzio) en la ida y el entrenador es muy probable que no pueda ni acercarse al estadio por la severa sanción que se definía en estas horas. Enzo Pérez, su reemplazante en Brasil, viene en un nivel bajo en este 2018, y a Zuculini le falta experiencia.

+ Tiene poco gol. El mejor goleador que Gallardo tiene a disposición es Ignacio Scocco, verdugo de Boca en los dos duelos de este año entrando desde el banco de suplentes. Nacho no está en su mejor momento, mientras Pratto nunca fue un goleador (la media de su carrera es de 0.25, o sea un gol cada cuatro partidos) y Borré, el delantero más picante que hoy tiene River, tampoco es un artillero serial. Como alternativa tiene a Rodrigo Mora, cada vez más volante y menos goleador. Es decir: a River le falta lo que le sobra a Boca. Metió 8 en los 6 partidos eliminatorios.

+ En un cruce tan chivo, es muy probable que River pierda jugadores para la revancha. Tiene a 6 hombres en capilla: si reciben una amarilla en la ida, se pierden la revancha. Y cuatro de ellos son columnas del equipo: Maidana, Pinola, el Pity y Borré. También están con una amarilla Enzo Pérez y Pratto.

Y bien, señores, para destacar aún más la paridad entre ambos, hay que decir que River y Boca cumplieron la misma campaña en esta edición: 6 triunfos, 5 empates y 1 derrota. Aunque Boca ganó el doble de Copa Libertadores que River (6-3), ambos contendientes ostentan la misma eficiencia en finales: Boca ganó 6 de 10 y River 3 de 5, es decir un 60%. Boca perdió la última que disputó (ante Corinthians, en 2012) y no la levanta desde 2007. River viene de ganar las últimas 3 que afrontó: 1986, 1996 y 2015, esta última ante Tigres de México.

Quiso el destino que la última final de la Copa Libertadores con este formato de ida y vuelta (a partir del año próximo se jugarán a partido único, como en la Champions League) sea nada más y nada menos que el clásico más importante del continente (y ahí nomás del mundo). Y se definirá en el estadio donde Argentina se coronó campeón del mundo por primera vez en su historia. ¿Qué más podemos pedir los futboleros nacidos en esta tierra, apasionados como en casi ningún otro rincón del planeta?