San Lorenzo, un dolor de cabeza en la historia celeste

Por Juan Schulthess

Radio en mano, calculadora a mano y las piernas fijas en la pileta de lona. La abrasadora ola de calor de febrero le pega más a Guillermo que en otros veranos. Tras correr las gotas de sudor de su frente con una toalla celeste y rociar sus labios con agua helada, suspiró, levantó la cabeza, miró el cielo pintado de su color favorito y se repitió la misma pregunta: ¿Cuánto más?.

Cuánto más sufrir, cuánto más retrasar la salida del viernes a la noche por un Tigre-Patronato, cuánto más maquinar, cuánto más gritar un gol de un equipo que no es el suyo, cuánto más pensar las mil y una posibilidades matemáticas para salir a flote, cuánto, cuánto y cuánto. Los 44 grados de térmica no ayudaban a calmar su ansiedad, que crecía al ritmo del termómetro.

Al vía crucis de Belgrano le quedan seis estaciones, tras las cuales se verá si sigue en la Superliga o desciende a la B Nacional. La primera será este sábado, en el Gigante de Alberdi, ante San Lorenzo, otro que viene a los tumbos en el campeonato, pero que lejos está de sufrir en los promedios.

Para "El Pirata", sin embargo, será un mar duro de navegar. Por lo que le cuesta ganar (dos triunfos en 19 encuentros), por lo que le cuesta inflar la red del rival (marcó sólo 11 goles en el torneo, y apenas uno en 2019) y por lo que, históricamente, le cuesta "El Ciclón".

San Lorenzo y Belgrano se enfrentaron en 32 oportunidades, con tres victorias del elenco cordobés, 17 del "Cuervo" y 12 empates. El último cruce entre ambos fue el 4 de mayo del año pasado, con triunfo azulgrana por 2-0, gracias a los tantos de Nicolás Blandi y Gabriel Gudiño (que, curiosamente, hoy milita en la "B"); en los últimos tres duelos, además, la sonrisa fue siempre del conjunto de Boedo, que tiene un invicto de diez partidos ante el combinado de barrio Alberdi.

La última vez que "El Pirata" venció al "Santo" fue en la fecha 5 del Torneo Apertura 2011, por 1-0, con gol de César Mansanelli. Las dos anteriores fueron en el Nacional de 1968 (2-1) y en el Torneo Apertura 2001 (1-0).

Radio en mano, calculadora a mano y las piernas en movimiento incesante producto del terremoto emocional, Guillermo se prepara para caminar las calles de su querido barrio e ir este sábado a su lugar de siempre en el Gigante, porque sabe que su equipo lo necesita, y en las malas mucho más.

En el templo celeste, los dirigidos por Diego Osella, con la imperiosa necesidad de sumar de a tres, buscarán torcer el pasado negro ante San Lorenzo y empezar a enderezar un presente también esquivo, en el que espera ver la luz al final del túnel.