La especialidad de la casa

Luis Fabián Artime, 56 años, presidente en ejercicio desde febrero de 2021 cuando en plena pandemia más de 8 mil socios lo ungieron por sobre Armando Pérez, máximo goleador de la historia de Belgrano en AFA y uno de sus máximos ídolos.

Guillermo Martín Farré, 41 años, contratado por Luifa para dirigir al Celeste desde mayo del año pasado, último gran referente en el campo de juego, capitán del histórico ascenso de 2011 y además autor del gol que descendió a River. Dos generaciones diferentes de la familia de Belgrano se unieron para conducir el sueño y fueron algo más que lo que marcan sus funciones. Fueron algo más que un mero presidente y técnico respectivamente.

Ídolos en dos etapas distintas del club, se unieron y firmaron la declaración de principios que devolvería a Belgrano a la Primera División bajo un lema: no se negociaría el esfuerzo ni el protagonismo y tras ese período de conocimiento que se dieron de 7 meses, se consignó darle preeminencia a la consolidación de una base de futbolistas que venían del 2021, apuntalados por la contratación de refuerzos de jerarquía.

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La unión hace la fuerza. Y la de dos tipos con historia en Alberdi lo comprobó. Belgrano es campeón, palabra tal vez poco utilizada en su diccionario y que le valió la cargada permanente de los rivales que no le cuentan el Regional de 1986. A ver, el Regional 1985/86 fue un campeonato oficial de AFA y de hecho Belgrano fue el primer club cordobés en obtener un título en el ámbito nacional y, por si hacía falta recordarlo, en calidad de invicto. Aquel certamen reunió a los clubes más grandes, poderosos y renombrados del interior del país, y sólo se ausentaron Talleres, Instituto y Racing, que a través de la 1.309 estaban jugando el Metropolitano.

Córdoba ahora puede presumir que sus tres principales clubes ya han sido campeones de lo que para nosotros siempre será la B Nacional. Con Belgrano, son 12 los equipos de tierra adentro que se consagraron con el título, igualando los 12 de los del área metropolitana. 

El total de ascensos (contando reducido y promociones) de clubes del interior desde la primera edición en 1986/87 es ahora de 27, contra 36 de los equipos directamente afiliados. Y después de tres torneos seguidos ganados por clubes de Buenos Aires, como Arsenal, Sarmiento y Tigre, es Belgrano el que rompe la hegemonía, ya que el último título de un afiliado indirecto fue Aldosivi en la 2017/18.

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¿Quién no recuerda la frase de Luifa apenas se conoció su victoria sobre Armando Pérez en las elecciones? “Invito a todo el hincha de Belgrano y hasta el que no me votó, a ponerse la camiseta celeste… y vamos a salir campeón… ¡Vamos a ascender el año que viene!” Como si fuera un oráculo porque la promesa era para este 2022, aunque en realidad quiso referirse al torneo del año pasado. De todos modos, mal no queda.

Belgrano ascendió en el partido 68 jugado bajo su presidencia

Tras la magra cosecha en puntos de Orfila, la dirigencia tenía tres nombres: la dupla Orsi-Gómez, Gabriel Schurrer y Farré. El ex volante central hacía unos meses había llegado con el Ruso Zielinski al banco de Estudiantes de La Plata y el llamado de Belgrano lo movilizó. Fiel al tipo que lo terminó de formar como futbolista con un estilo y una idea, le pidió un consejo y la respuesta de Zielinski –según el mismo Farré- fue “Y… es Belgrano, no se le puede decir que no”.

Y los números de Farré son tremendamente efectivos, algunos mejores que los de Zielinski a la misma cantidad de partidos: Farré ascendió a Belgrano en su partido 60, en donde consiguió 35 victorias, 14 empates y 11 derrotas, sacando 119 puntos de 180, orillando el 70% de eficacia. Zielinski, en su partido 60 ya estaba en Primera División pero tenía 8 triunfos menos, 7 empates más y dos derrotas mas.

Y curiosamente Farré se transformó en el primer entrenador después del "Ruso" en dirigir de manera consecutiva 60 partidos al equipo.

El histórico volante central, llegado como refuerzo de la mano de Pancho Ferraro en 2007, hizo de Belgrano un equipo difícil de vencer, difícil de hacerle un gol. Pasa que para jugar este tipo de torneos, no hacía falta ser un lírico, sino más inteligente que el resto y si nos remitimos sólo a los números Farré fue el más inteligente en un mundo de 37 asientos, el que más explotó virtudes propias para generar defectos ajenos.

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Muchas veces fue “zielinkista” con planteos y elección de jugadores. Pese a repetir el equipo cuatro veces en 35 fechas, Belgrano fue muy sólido. Hasta la fecha 14 había perdido un partido, fue el que más puntos hizo no solo en la general, sino también de local y de visitante, y aplica aquí el viejo aforismo futbolero que reza que el campeón es el mejor. 

Belgrano hace 6 meses es único puntero, en la fecha 7 compartía la primera posición con Guillermo Brown, al ganarle a San Telmo el 23 de marzo quedó líder absoluto y luego enhebró 7 victorias seguidas: pasaron casi 190 días, 28 cotejos, de las 22 victorias, 12 las obtuvo por 1 a 0 y la tabla lo encuentra con más ventaja y ascendido.

Farré cuando llegó lo hizo cautivado por el proyecto de Artime, porque el desafío de quedar en la historia del club fue muy fuerte. Nada es fácil porque todo lleva trabajo. Artime y Farré lo sabían. La B Nacional es un torneo de extrema complicación y los números de Belgrano no tienen discusión.

El logro más importante fue meterse en el corazón de la gente, un público incondicional que llenó siempre el Gigante, implementó el festejo en el minuto ’68, llevó una multitud a todos lados e hizo crecer la masa de socios a 50 mil personas.

Desde el 17 de agosto de 2019, momento de su primer partido en la B Nacional tras aquel insólito descenso, pasaron 1141 días en la categoría, con cuatro torneos, uno que no se terminó por la pandemia, el otro en donde entre los favores a Barracas Central, el juez “Chino” Sosa y Caruso Lombardi no ayudaron a la causa Pirata, el de 2021, en el que Artime falló con Orfila, la llegada de Farré ilusionó con un equipo que no armó pero tampoco alcanzó y el de este 2022 ganándolo con suma autoridad.

En todos ellos hubo un denominador común: Pablo Vegetti, llegado desde Instituto en junio de 2019 a cambio de 400 mil dólares por el 90% de la ficha. Un año más tarde y con el torneo frenado por la pandemia, Artime y compañía adquirieron el 10% restante. En ese tiempo, el santafesino se convirtió en el quinto goleador de Belgrano en AFA, con tremendos números.

Como quien no quiere la cosa… o sí. Porque las cosas pasan por algo, aquel 19 de mayo de 2021 empezó a cocinarse a fuego lento el exitoso regreso, que se concretó 16 meses después. Con trabajo, esfuerzo y el sacrificio de dos generaciones que se unieron para sacar a flote al barco Pirata.

Dos generaciones diferentes de la familia Celeste condujeron a pulso de semejante campaña con una mezcla de afecto paternal, exigencia y aplomo.

¡Salud, campeón!