Creció la demanda en comedores de Córdoba durante 2018

Marcas y Productos

Creció la demanda en comedores de Córdoba durante 2018

17/01/2019 | 14:39 |

No solo aumentó la cantidad de beneficiarios, sino también la demanda de comidas que recibe cada uno en las diferentes organizaciones sociales.

En 2018 se profundizó la crisis económica que atraviesa a todo el país, pero que afecta principalmente a quienes tienen menos recursos. Aumentó la pobreza y, en consecuencia, también lo hizo el hambre... Y se sintió con fuerza en los comedores, merenderos, salas cuna y otras organizaciones sociales que prestan un servicio de alimentación para los que más lo necesitan.

Una encuesta realizada en diciembre por la Fundación Banco de Alimentos Córdoba descubrió que el 98,3% de las organizaciones beneficiarias percibió un aumento significativo en la demanda de servicios alimentarios en el último año.

Mientras que un 91,5% percibe un aumento en la cantidad de beneficiarios regulares, que en su gran mayoría (un 73%) son niños de entre 0 y 12 años. Esto incrementa la necesidad de incorporar alimentos con un alto valor nutricional, los cuales son claves para un correcto desarrollo madurativo de esa persona en crecimiento.

Los datos se desprenden del informe realizado por el Área Social de esta ONG que entrega alimentos a 214 organizaciones ubicadas en 116 barrios de la capital y en otras localidades (como Carlos Paz, Villa Allende, Alta Gracia y Malvinas Argentinas, entre otras), beneficiando a 18.356 personas (el Banco de Alimentos Córdoba colaboró con la realización de 121.900 platos de comida por semana durante 2018).

Carencias de todo tipo

El comedor es ese lugar al que acuden las personas que necesitan comer... Y un espacio de contención. Ubicadas generalmente en zonas periféricas de la ciudad -muchas veces atravesadas por la inseguridad y las drogas-, estas organizaciones construidas a pulmón por los mismos vecinos también tienen carencias.

Solo uno de cada cuatro comedores tiene acceso al gas natural. El resto cocina con garrafas (50,4%), con leña (6,8%) o con ambas, de acuerdo a la que puedan acceder (17,1%).

“Los datos nos llamaron muchísimo la atención, porque es su materia prima para cocinar. Eso demuestra las necesidades que hay en esos lugares generalmente periféricos, con condiciones más vulnerables. Imaginate usar una garrafa para cocinar para más de 100 personas, dos, tres o cuatro veces por semana. Sumado a los aumentos en la demanda y en los precios, es abrumador. Preocupa la falta de acceso a los servicios básicos”, señaló Sofía Orellana, encargada del Área Social del Banco de Alimentos Córdoba.

Por otra parte, el 39% de los comedores está ubicado en calles de tierra, lo que dificulta el acceso a las organizaciones y la movilidad de éstas para retirar los pedidos de alimentos en la Fundación. Por no contar con vehículo propio, más de la mitad (el 52,5%) debe recurrir a un flete para buscar los pedidos -con el gasto extra que implica-.

“Esto refleja la realidad que nos toca ver todos los días. En esta época de lluvia, los caminos se vuelven intransitables en algunas zonas”, indicó Orellana.

Nutrir en un mundo de necesidades

Según un estudio realizado por el Área de Nutrición de la Fundación a 1426 menores de 18 años, casi la mitad (47%) de los niños, niñas y adolescentes que son beneficiarios del Banco de Alimentos Córdoba presenta algún estado de malnutrición: el 20% tiene obesidad, el 20% sobrepeso y un 7% tiene un peso menor al esperado.

Eso incrementa la necesidad de, además de combatir el hambre, incorporar cada vez más alimentos que aporten a la nutrición de los chicos: de los 1.913.818 kilos de alimentos entregados por el Banco durante 2018, el 57% fueron productos con un alto o medio valor nutricional.

“A través de la incorporación de alimentos de un alto valor nutricional se busca evitar el impacto de la malnutrición, la cual afecta en la primera infancia al correcto desarrollo del cerebro perjudicando así el aprendizaje y la salud”, destaca el informe.