Contra el hambre y malnutrición: recupero de fruta y verdura

Marcas y productos

Contra el hambre y malnutrición: recupero de fruta y verdura

22/05/2018 | 17:30 |

Solo en Córdoba se tiran miles de kilos de frutas y verduras por día. Se recupera una parte, que podría ser aún mayor. El trabajo en conjunto con el Mercado de Abasto, la clave.

El consumo de frutas y verduras es fundamental para todo ser humano. Pero la realidad es que el porcentaje de personas que comen las porciones recomendadas es bajo y ese número disminuye en las clases sociales más bajas. Los sectores vulnerables son los que más sufren la baja calidad nutricional de su alimentación y eso, sobre todo en los niños, tiene consecuencias irreversibles.

En promedio, la población del país consume 1,9 porciones diarias de frutas o verduras (muy lejos de las cinco recomendadas por la Guía Alimentaria para la Población Argentina). El indicador aumenta significativamente entre aquellos con “secundario completo y más” respecto de quienes tienen “hasta secundario incompleto o menos”.

La malnutrición, principalmente por sobrepeso y obesidad, afecta casi la mitad de los niños de hasta seis años, según un relevamiento de 2016 de la Municipalidad de Córdoba en los dispensarios. Y la baja calidad alimentaria, sin la ingesta de frutas y verduras necesarias, es una constante en ellos a raíz de la informalidad laboral y los bajos ingresos.

“A eso lo vemos en nuestros beneficiarios, pero no solo les pasa a ellos. Ahora que estuvimos en el congreso de Bancos de Alimentos en Houston (Estados Unidos), la principal problemática a nivel mundial con estos productos es que no hay una cultura del consumo. Es difícil que se incorpore una naranja a una merienda, por ejemplo”, contó Mauricio Barilla, responsable del área social del Banco de Alimentos de Córdoba.

Desde esta fundación están convencidos que, al tener más disponibilidad de esta mercadería para entregar, se podrá ir generando esa cultura poco a poco desde los comedores y trasladarse a las casas de las familias que menos tienen.

La clave: disminuir el desperdicio de frutas y verduras

Para combatir este flagelo, el Banco de Alimentos de Córdoba tiene un estrecho vínculo con Mercoop (organización que administra el Mercado de Abasto de Córdoba) por el cual se recuperan entre 5 y 6 mil kilos al mes (se reciben entre 8 y 9 mil, pero una parte se decomisa).

Se trata de aquella mercadería que no puede ser comercializada, pero que es apta para el consumo. Luego es entregada a los más de 18 mil beneficiarios en nuestra ciudad.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que aún se desechan miles kilos por día. Por eso, con el objetivo de mejorar el sistema de recupero, representantes de la fundación viajaron a los Bancos de Alimentos de Santiago del Estero y Tucumán, dos referentes en el tema.

En Santiago recuperan 3 mil kilos por día (60 mil por mes aproximadamente) gracias al accionar de los puesteros que separan en tachos las frutas y verduras que no son aptas para la venta pero sí para el consumo. También es clave, por supuesto, el trabajo de los voluntarios.

En Tucumán son pioneros en el país en el aprovechamiento del decomiso de la mercadería que no cumplen los estándares de calidad, realizando un desecado posterior de las frutas y la elaboración de mermeladas.

¿Por qué es tan importante mejorar el recupero de frutas y verduras?

“Para generar un consumo saludable en las organizaciones (comedores, merenderos, salas cuna, etc.)”, explicó Barilla, del Banco de Alimentos de Córdoba.

Para el encargado del área social de la fundación, la falta de cultura de consumo de frutas y verduras se da por dos motivos: “Por un lado, porque no se consumen habitualmente y no se tienen en cuenta sus propiedades nutricionales. Y por otro, por lo inaccesibles que resultan por su costo”, aseguró.

El contexto hace que sea aún más importante el trabajo de recupero. “Un 72% de nuestros beneficiarios son chicos de entre 0 y 12 años. De ellos, un 29% tienen menos de 3 años. La etapa más importante de desarrollo de los chicos, tanto cognitivo como corporal, se da durante los primeros seis años de vida”, sostuvo.

Las estadísticas lo comprueban: las familias con menos recursos son las más afectadas por la baja calidad en la alimentación y los más chicos son lo que más lo sufren. Y la ingesta diaria de frutas y verduras es la base para revertirlo.