Marcas y productos
13/06/2019 | 16:45 |
El 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por las Naciones Unidas en 1974. “Es hora de actuar con contundencia”, advirtió el organismo. ¿Y si empezamos por casa?.
El cambio climático ya está entre nosotros y afectará el desarrollo de las generaciones futuras. Esto se evidencia en el aumento de la temperatura promedio de la atmósfera terrestre, además del nivel del mar, las capas de hielo en las zonas árticas y los fenómenos meteorológicos. Más allá de las consecuencias ambientales, también se están viendo los impactos económicos y sociales, tales como daños en la producción alimentaria, sequías y otros riesgos para la salud.
Por ello, la crisis climática está entre las prioridades establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que deben lograrse para el año 2030. Se trata de una convocatoria internacional para que los países se comprometan seriamente a alcanzar un cambio positivo para el planeta y las personas. Son 17 objetivos que incluyen diferentes causas urgentes: pobreza, hambre, medio ambiente, equidad de género, entre otros.
El #HambreCero constituye el ODS número 2, que determina “Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible”.
Resulta inexplicable que –produciendo alimentos en cantidad suficiente para todos-, las malas prácticas de recolección, distribución y el desperdicio terminen afectando a millones de personas.
¿Podemos ser parte de este cambio y ayudar desde nuestro lugar?
Claro que sí. Desde la ONU aseguran que “se pueden hacer cambios en la vida cotidiana -en el hogar, en el trabajo y en la comunidad-, apoyando a los agricultores o a los mercados locales y tomando decisiones sostenibles sobre la alimentación, apoyando la buena nutrición para todos y luchando contra el desperdicio de alimentos”.
Justamente, el desperdicio de alimentos maneja cifras alarmantes en el planeta. Se estima que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden o se desperdician. En Argentina, 16 millones de toneladas de alimentos tienen ese mismo destino.
En este sentido trabajan los bancos de alimentos, que ayudan a casi ocho millones de personas en el mundo a través del rescate de productos aptos para consumo, en los 31 países donde están presentes. Si querés sumarte a esta causa desde tu lugar, podés hacerlo acá: https://bancodealimentoscba.org.ar