Marcas y Productos
20/11/2018 | 14:41 |
Los últimos datos de la FAO son desalentadores: en los últimos años en nuestro país se sumaron unas 100 mil personas que sufren este flagelo. Qué pasa en Córdoba.
Tras una trayectoria exitosa en la lucha contra el hambre, en América Latina y el Caribe aumentó número de personas subalimentadas por tercer año consecutivo: en 2017 alcanzó las 39,3 millones de personas, lo que representa el 6,1% del total de la población. Y Argentina, con el 8,7% de prevalencia (3,8 millones de personas), es uno de los países que encabezan este incremento.
Así lo asegura el recientemente publicado “Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2018” de la FAO, OPS, WFP y UNICEF. La situación económica en nuestro país, con el consecuente aumento de la pobreza durante el último año, es la principal causa de este retroceso.
Según este informe, en Argentina y Bolivia hubo un aumento de aproximadamente 100 mil personas con hambre en cada país en el trienio 2015-2017 (comparado con el 2014-2016). Mientras que en Venezuela hubo 600 mil nuevas personas subalimentadas.
No solo hambre: la malnutrición por sobrepeso también crece
Según datos de 2010 de la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la OMS, Argentina presenta el mayor porcentaje de obesidad infantil en niños y niñas menores de cinco años en la región de América Latina con un 7,3% de prevalencia.
Qué pasa en Córdoba
La pobreza es la principal causa de estos números que duelen, siendo “uno de los grandes limitantes para un consumo de alimentos acorde a las necesidades nutricionales”, señala la FAO. Y en nuestra ciudad también se observa esta realidad: la mitad de los niños en zonas pobres presenta malnutrición, principalmente por sobrepeso.
El 47% de los menores de seis años que asisten a dispensarios municipales de Córdoba, ubicados en zonas periféricas de la ciudad, padece obesidad (12,3%, un porcentaje más elevado que el 7,3% promedio registrado a nivel país) o sobrepeso (34,3%). El estudio realizado en 2016 incluyó a más de 1.200 chicos en situación de vulnerabilidad, confirmando que la malnutrición afecta a los que menos tienen.
Los expertos coinciden en que, básicamente, el sobrepeso crece en los sectores afectados por la pobreza porque no comen lo que su cuerpo necesita, si no lo que pueden y tienen a su alcance. Así es como la desigualdad económica y social se convierte en una desigualdad alimentaria y, por lo tanto, en una desigualdad de oportunidades.
“Para su correcto desarrollo físico e intelectual, es clave que un chico consuma todos los nutrientes necesarios, incorporando frutas y verduras a la dieta diaria”, aseguró la Lic. en Nutrición Graciela Porchietto, que colabora con la Fundación Banco de Alimentos Córdoba.