La Candelaria
Egaña (Ph: Alejandro Montel)

Escapadas

Salidos de cuentos: 4 castillos para visitar en Buenos Aires

25/05/2021 | 12:24 | Estos lugares conservan no sólo una arquitectura única, sino también parte del mobiliario que se usaba en su época. Algunos se pueden visitar y hasta tienen lugares para hospedar a turistas. 

1- Castillo La Candelaria, en Lobos

Fue construido a fines del siglo XIX y su nombre se lo debe a Candelaria Mármol, quien recibió este edificio de parte de su esposo, Don Orestes Piñeiro. Este lugar tiene salas de juego, comedores, bibliotecas y hermosos vitrales. Aún conserva los muebles que fueron traídos de Italia, Inglaterra y Francia.

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El parque fue diseñado por el afamado paisajista, Carlos Thays. El castillo tiene varias opciones de hospedaje y la opción de pasar un día de campo. También varios restaurantes para disfrutar de un rico almuerzo.

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2- Castillo La Raquel, en Castelli

Este sitio tiene una historia que lo hace aún más interesante: una de sus propietarias, Felicitas Guerrero, fue asesinada en una de sus habitaciones. Es un castillo de estilo francés que se destaca por su color salmón.

Felicitas habría recibido esta propiedad y otras más como parte de la herencia familiar. Hoy el castillo tiene mobiliario alusivo a la época. También se puede visitar por el día.

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3- Castillo Obligado, en Ramallo

Foto: La Guía de San Pedro

Este edificio de tres plantas fue construido por el poeta Rafael Obligado en honor a su esposa, amante de las novelas. Tiene un estilo neogótico y ventanas ojivales. Una leyenda relata que por sus pasillos suele pasear el fantasma "Toto" que abre puertas y se roba objetos de la casa.

Es una propiedad privada de la familia por lo que no se puede acceder sin autorización.

4- Castillo San Francisco, en Egaña

Este edificio es una cáscara vacía: está su estructura pero por dentro no hay más que paredes con graffitis. Fue construido por un descendiente del prócer Díaz Vélez a partir de 1918. Tiene más de 70 habitaciones.

Está rodeado de leyendas sobre apariciones desde el mismo día de su inauguración en 1930 cuando se dio una fiesta pero el propietario nunca llegó porque se murió de un infarto. El lugar fue abandonado y saqueado aunque unos vecinos de la zona hacen visitas guiadas todos los domingos a $50.

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