Elsa Bornemann y la revalorización de los niños como lectores

A 10 años de su partida

Elsa Bornemann y la revalorización de los niños como lectores

24/05/2023 | 12:30

Su obra, prohibida durante la dictadura, desafió tabúes y abordó temáticas profundas, algo poco común en la literatura infantil. A diez años de su partida, su legado sigue vivo en generaciones de lectores. 

Redacción Cadena 3

Giuliana Piantoni

A diez años después de su fallecimiento, el legado de Elsa Bornemann perdura en la literatura infantil y juvenil. 

Este 24 de mayo se conmemora una década desde la partida de la reconocida poeta, cuentista y novelista argentina, quien dejó una huella imborrable en generaciones de lectores durante más de cuatro décadas.

Bornemann hizo algo que muy pocos autores pudieron, menos aún, en el campo de la literatura infantil: logró instaurar debates y rupturas culturales a través de sus historias, abordando temáticas como el amor, la memoria y la muerte, que antes no eran consideradas para las infancias. Sus obras formaron e inspiraron a una generación de escritores y escritoras en este género. 

Entre las obras más destacadas que conforman el legado de la entrañable autora se encuentran "El libro de los chicos enamorados", "No somos irrompibles", "Queridos monstruos", "Un elefante ocupa mucho espacio" y "Socorro". 

Nacida el 20 de febrero de 1952 en el barrio de Parque Patricios de la ciudad de Buenos Aires, Bornemann comenzó su carrera literaria a una temprana edad. A los 18 años, publicó "Tinke tinke", un libro de poemas que había escrito a los 14 o 15 años y que rápidamente se agotó gracias al elogio de la reconocida periodista Paloma Efron, conocida como "Blackie". 

A lo largo de su trayectoria, Bornemann recibió numerosos reconocimientos y premios por su contribución a la literatura infantil. En 1972, su libro de poesías para niños, "El espejo distraído", obtuvo la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores. Además, dejó un legado académico a través de antologías y estudios sobre poesía y cuentos infantiles. 

La obra de Bornemann no estuvo exenta de controversias. Durante la última dictadura militar en Argentina, su antología de cuentos "Un elefante ocupa mucho espacio" fue incluida en la lista de libros prohibidos.

En general, su literatura era tildada de subersiva por las Juntas militares por tener "personajes que destacaban por su individualidad" y metáforas que promovían la libertad, la solidaridad y la justicia a través de personajes que se destacaban por su individualidad. 

Bornemann también abordó temáticas consideradas tabú en aquel momento, como la educación sexual en "Niño envuelto" (1981). 

A medida que se recuperaba la democracia en Argentina, la autora y otros escritores y escritoras de literatura infantil y juvenil revalorizaron a las infancias como sujetos lectores y promovieron una visión más abierta y optimista.

A lo largo de los años, la obra de Bornemann sigue siendo ampliamente leídas y apreciadas. Su influencia trascendió generaciones, y sus libros continúan presentes en escuelas, librerías, ferias y programas educativos. 

Su legado perdura en el amor y el aprecio de aquellos lectores que crecieron con sus historias y que ahora transmiten ese amor a las nuevas generaciones. 

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