¿Prohibir las redes sociales es renunciar a educar?

Desde el próximo miércoles Australia prohibirá a los menores de 16 años el uso de redes sociales. Sin embargo, la psicopedagoga Mariana Savid, en declaraciones a Cadena 3, alertó sobre los riesgos de enfocar la solución en la prohibición, calificándola como un camino que otorga a los adultos una "falsa sensación de seguridad".

Si bien la especialista celebró la tendencia global a regular y a "exigir a las plataformas protección y buenas verificaciones de la edad", su principal preocupación radica en que las prohibiciones como acto fáctico no abordan el problema de fondo.

"Prohibir puede parecer un acto de amor, pero en el fondo es un acto de renuncia, renunciamos a educar, a acompañar, a estar presente en ese espacio donde hoy se juega gran parte de la vida de nuestros niños y adolescentes", declaró Savid.

El riesgo de las "ventanas abiertas"

La psicopedagoga puso en tela de juicio la efectividad de las medidas restrictivas, ya que los niños y adolescentes buscarán alternativas: "Creo que nos asustan los lugares donde se conectan nuestros niños y adolescentes, pero por otro lado se los damos desde niños, desde muy pequeños...". Luego cuestionó: "¿prohibir es realmente proteger?".

La experta advirtió que la prohibición solo llevará a los jóvenes a "emigrar a sitios mucho más peligrosos" de los que ni siquiera hemos oído hablar.

En un lenguaje metafórico, sostuvo: "Ponemos un candado en una puerta, pero dejamos todas las ventanas abiertas".

El cerebro en desarrollo y la cultura digital

El problema central, según Savid, no es la existencia de las redes, sino la "ignorancia digital" que atraviesa a padres y educadores. El cerebro del adolescente se está moldeando con un sistema de recompensa constante que no lo prepara para las complejidades de la vida real, donde las recompensas requieren esfuerzo y tiempo.

La solución pasa por la educación y la ciudadanía digital, enseñando a los jóvenes a comprender y analizar el medio:

"Lo que falta es educación sobre cómo funcionan las redes sociales que no son neutras para nada, de qué es un algoritmo y cómo funciona y cómo está diseñada intencionalmente toda la arquitectura de la red social para mantenernos atrapados", explicó Savid.

Al consultar sobre las consecuencias clínicas, la psicopedagoga detalló que los problemas de aprendizaje que atiende a menudo se vinculan a un consumo problemático, manifestándose en "impulsividad, retrasos en el lenguaje, problemas motrices, falsos diagnósticos de autismo, trastorno generalizado de desarrollo, sedentarismo, problemas de atención, de memoria, hiperactividad".

Por ello, la clave está en el "cimiento analógico" que prepare a los chicos para el futuro, enseñándoles "a dudar, a cerrar una ventana, a pedir ayuda, a reconocer que detrás de una pantalla hay personas". El mensaje de las leyes, concluyó la especialista, es "tremendo": necesitamos leyes porque "nosotros padres no estamos pudiendo poner límites".