Cómo la guerra en Medio Oriente afectó con fuerza al turismo religioso en Belén

En el corazón de Belén, donde la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús, la vida de los habitantes refleja una mezcla de devoción, resiliencia y desafíos. 

Elías es un palestino que vive de vender recuerdos a peregrinos y comparte su experiencia en un contexto marcado por la fe, la memoria del Papa Francisco y las secuelas del conflicto que transformó la ciudad desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamas el 7 de octubre de 2023.

"En Belén, somos pocos los cristianos, entre un 10 y un 12%", explicó Elías a Cadena 3, mientras muestra sus artesanías en la entrada de la gruta del pesebre, un lugar sagrado para millones. 

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"Vivimos en condiciones precarias, pero nuestra fe nos sostiene", expresó. Su voz se ilumina al recordar la visita del Papa Francisco en 2014, cuando el pontífice llegó a Palestina e Israel, dejando una huella imborrable. "Francisco quiso conocer a cinco familias pobres de Belén. Fue un gesto que nos dio esperanza. Todos lo queremos, era un Papa cercano", afirmó.

Sin embargo, la realidad actual es más sombría. Desde los eventos del 7 de octubre de 2023, el flujo de peregrinos a Belén disminuyó drásticamente. La guerra no impide, pero disuade, y la gente tiene miedo de venir a los lugares santos.

Esta reducción golpeó la economía local, especialmente a quienes, como Elías, dependen del turismo religioso. La gruta donde, según la tradición nació Jesús, y el pesebre contiguo, siguen siendo un faro espiritual, pero las calles de Belén están más vacías que nunca.

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Informe de Sergio Suppo, enviado especial de Cadena 3 a Israel.