Bloqueo decisivo. Si la medida seguía, la empresa cerraba.

Sancor

"Yo no quiero ser responsable del cierre de la empresa"

28/12/2023 | 07:36

Daniel Gerbaudo lleva 31 años trabajando en la planta de Sancor de Devoto. Denuncia incentivos del gremio para apoyar los bloqueos y se entusiasma con la posibilidad que abre la Conciliación.

Redacción Cadena 3

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Daniel Gerbaudo (Sancor)

Daniel Gerbaudo le detalló a El Campo Hoy el difícil momento que atraviesan los trabajadores de la planta de Devoto (Córdoba), sobre todo luego del endurecimiento de las medidas de fuerza por partir del gremio.

No es fácil , me llevan a esto por el solo hecho que necesito trabajar y no quiero estar bajo las órdenes y aprietes de nadie. 

Según recordó, después del 15 de noviembre (que se cae el Fideicomiso) se empezó a avanzar de forma muy dura contra la empresa, "lo que nos llevó a hacer Asambleas de dos, cuatro y hasta ocho horas por turno. Eso impedía totalmente cualquier forma de avanzar. El gremio no nos permitía trabajar, porque sin materia prima es imposible trabajar. Tampoco se dejaba salir mercadería hasta que se llamó la policía, y dejaron salir un camión".

Fueron más de 40 días, en los cuales nuestra fuente de trabajar se vio imposibilitada de producir, facturar y de pagarnos.

"Al hablar en un medio tan importante quedo muy expuesto, pero siento la conciencia tranquila, el alma en paz, que puedo mirar a los ojos a mis hijos. No quiero que nadie me pague por no trabajar, y a los directivos de la empresa, que se pongan a la altura de las circunstancias y no defrauden al trabajador". 

Aprietes e incentivos 

Gerbaudo detalló que a partir de esa fecha ATILRA empezó a dar lo que calificaban como "ayudas económicas", pero que venían de la mano de apoyar las medidas y las asambleas.

 "A mí en particular me dieron 100 mil pesos la primera vez, pero después decidí que no estaba criado para eso, fue una humillación total. Me sentí vacío por no poder opinar. Después volvieron a dar, pero yo ya no estaba en la lista, por hablar y decir lo que a mí me parece. Desde ese día me quedé sin dinero, al igual que otros trabajadores que piensan distinto".

La idea que sostiene Daniel es la de mantener las fuentes de trabajo abiertas. Y admite la deuda que la empresa tiene con los trabajadores. "La empresa nunca nos mintió con respecto a la deuda. De hecho, nos depositaban de a 100, 120 mil pesos por martes, y eso nos servía para cumplir los compromisos. Pero si no podés producir o facturar, no la vas a poder cobrar", insiste. Y si bien admite que los sueldos en la industria láctea son muy buenos, "con esta metodología (de los aprietes y bloqueos) no había salida posible".

El efecto Milei

Respecto del mandato impartido desde la nueva gestión nacional, Gerbaudo percibe cambios de fondo que lo entusiasman. 

Esto es un antes y un después por haber dictado la Conciliación Obligatoria el pasado viernes, (no se venía dando pese a que se venía pidiendo). 

Y reconoció que esto calmó las aguas. "Quieras o no, los trabajadores nos tranquilizamos, sabiendo que esta semana se retomaba el trabajo. Para que la empresa trabaje, facture, y nos pueda ir pagando. Y ahí veremos después si cumplirá o no con las promesas".

La peor navidad

"Solo te puedo decir que pasamos las peor navidad de nuestras vidas, sin un peso en el bolsillo (para los que pensamos distinto)". No sé que hay detrás, pero impedir de trabajar y facturar a una empresa la lleva al quebranto, nadie puede resistir más de 40 días así", reconoció.

Por otro lado, se ilusionó con la medida. "Creo que hay una nueva esperanza, son 15 días de conciliación. Desde ayer hago el turno de 20 a 4 horas, y al llegar ya estaban las dos máquinas en marcha, esperando que llegue la materia prima para fraccionar la crema y la manteca".

En cuanto a la metodología que propone Milei, suscribe a la libertad. "Esto de los nuevos vientos que trae este gobierno, permite que el que quiera hacer la medida que la haga, pero que el que elige trabajar lo pueda hacer. Yo quiero mirar a mi familia a los ojos tranquilo, que me dejen trabajar. El día que pude volver a trabajar me sentí bien, y es lo que venía buscando un montón de compañeros, que al tener esa posibilidad no la voy a dejar escapar. Que respeten mi derecho a trabajar, sin molestar ni ser molestado".

"Somos muchos lo que pensamos de esta forma. Porque sabíamos que la empresa iba a cerrar, nadie resiste más de 40 días sin trabajar y sin poder facturar", dice Gerbaudo. 

Por último, invita a sus compañeros a perder el miedo. "Espero que esta nota sea un antes y un después, para que muchos puedan hablar, porque de a poco la empresa (si empieza a trabajar) va a poder cumplir las promesas que llevó al ministerio de trabajo". Daniel nos contó que en Devoto son 100 trabajadores, y es una planta muy importante para la localidad. De hecho, la única que elabora la crema y la manteca, también leche en polvo, aunque esa máquina está parada por la poca cantidad de leche que está ingresando. 

Los compañeros que aceptaron el retiro voluntario la están pasando mal. Yo quiero trabajar, y si después la empresa cierra, es problema de ellos, yo no quiero ser responsable del cierre de la empresa.


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