La llave contra la sequía

2022 termina con un período Niña en la Región Pampeana que lleva 3 años consecutivos, con graves pérdidas en la producción, no solo de granos sino también de carne y leche. Se estima que las pérdidas por sequía en esta Región, desde el año 2003, fueron 28.000 millones de dólares.

En diálogo con EL CAMPO HOY, el especialista afirma que el riego suplementario es una tecnología que puede resolver este problema, dado que permite suplir la falta de lluvia en períodos breves de tiempo. 

"En Santa Fe los primeros equipos se instalaron en la década de los 90´, pero no todos continuaron, destacándose aquellas zonas con mayor potencial de aplicación (acuíferos con buena calidad y cantidad de agua, suelos de menor aptitud, productores propietarios de la tierra y profesionales con aptitud para optimizar el uso de los equipos)".

Dos son los principales cuellos de botella para su adopción: agua en cantidad y calidad adecuada y financiamiento de la inversión.

Para el primero, estudios patrocinados por FAO indican que en Argentina pueden regarse con riego suplementario 4,73 millones de hectáreas y en Santa Fe 750 mil hectáreas. 

"Para ello puede utilizarse agua subterránea, con acuíferos que permiten ser utilizados con criterios de sustentabilidad y también se cuenta con el río Paraná, que es una fuente de agua dulce muy importante, prácticamente no utilizada con fines de riego, excepto para el cultivo de arroz".

En cuanto a la inversión, los equipos de pivote central son los preferidos por los productores por su versatilidad y automatismo, con montos que oscilan entre 2.500 y 3.000 dólares por hectárea, dependiendo de la rotación de cultivos y la fuente de agua utilizada.

Según el estudio de FAO, la inversión en riego suplementario para 4,73 millones ha sería de 16.500 millones dólares, o sea 3.500 dólares por ha en promedio. Comparada con las pérdidas económicas ( 28.000 millones de dólares) la inversión total es apenas un 60%. 

¿Qué se necesita? 

Según Marano, elaborar una política de Estado en relación al riego, con una mirada integral de la gestión del recurso hídrico (no olvidarse que habrá años Niño con excesos hídricos), amigable con el medio ambiente integrando energías limpias, que contemple los actores sociales involucrados y gestione herramientas modernas y perdurables de financiamiento a 10 o 15 años. No se trata de perforar en cualquier sitio ni dar subsidios, sino priorizar regiones y orientar el crédito.