"La lechería se pudo mirar en el espejo"

- ¿Qué sensaciones deja esta primera edición de la muestra?

- Estamos muy felices con el balance de esta TodoLáctea, porque en esta, la primera edición física, hubo más de 6.000 personas que pasaron por el predio: todo publico específico. Productores, industriales, técnicos, estudiantes, operarios, cerca de 80 disertantes con dos tours compuestos por 250 personas que visitaron tambos robots; 120 personas visitando las plantas lácteas, 41 tambos en competencia para el concurso de vacas lecheras y 35 participantes del concurso de forrajes conservados.

Estas cifras hablan a las claras de las herramientas que existen hoy en Argentina para eficientizar tanto en tecnología de procesos como de insumos y equipamiento, todo lo que es la producción lechera. Que es una actividad muy competitiva a nivel mundial. Además, fue la posibilidad que la lechería se mirara al espejo y se mostrara todo eso. Y eso ha sorprendido a propios y a extraños.

- ¿Cómo describirías la actualidad de las cadenas lecheras a nivel global y local?

- Creo que la lechería está en un proceso de transición fuerte hacia algo nuevo y no desconocido, porque el mundo camina hacia un nivel de automatización superior al que hoy tenemos, hacia un nivel de gestión donde es tan necesario estar arriba de los números a través de un tablero de control que hay que revisar todos los días. Sabemos que el tambo es rutina, y se sabe que en el mundo se siguen sosteniendo aquellos tambos que hacen bien las cosas desde este punto de vista: gestionan bien e incorporan tecnología adecuadamente en tanto y en cuanto también hay crédito. Creo que esa es la principal limitante que tiene nuestro país: el financiamiento junto con la falta de conectividad (caminos y red de internet). Ojalá que haya inversiones para destrabar ese crecimiento que Argentina sigue demostrando pese a estar en mundo hostil.

- ¿Hasta dónde este tipo de eventos permiten instalar debates superadores? 

- Estamos muy esperanzados que con esta TodoLáctea podamos levantar un poco el ánimo. Fue el gran evento del reencuentro en donde hubo cientos de abrazos, de gente que se ha reencontrado, y bueno, estamos felices de haber podido facilitar ese sistema colectivo de trabajo que tiene la lechería, muy tribal, muy vinculante, así que esperamos que la segunda edición que podamos mover de Villa María a otro punto del país también responda a esta expectativa.

-¿Hacia qué sistema productivo avanza la lechería argentina?

- Depende de todo: de la decisión familiar, de las condiciones climáticas y ambientales, etc. Creo que en la Argentina son viables todos los sistemas de producción en tanto y en cuanto están marcados por un sistema de gestión y de eficiencia adecuados. Por eso, en determinados lugares funcionará el sistema base pastoril con suplementación, en otros lugares con climas más desafiantes funcionarán mejor las razas cruzantes, en sistemas mixtos con pistas de alimentación y pastoreo, etc. Creo que eso depende mucho de donde estemos y si bien la tendencia es a ir trabajando con espacios más reducidos, no es la única que se verifica. Si vas a San Basilio, hay un enclave de 50 tambos que siguen siendo pastoriles, sustentables y rentables.