La apuesta a un salto biotecnológico para relanzar el algodón argentino

El algodón argentino vuelve a colocarse en el centro de la agenda tecnológica. La empresa Gensus y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) firmaron dos nuevos convenios que consolidan una alianza estratégica iniciada en 2018.

Los acuerdos refuerzan la articulación público-privada y se inscriben en el programa “El Nuevo Camino del Algodón”, una hoja de ruta ambiciosa que proyecta, de aquí a 2030, duplicar la producción y los rendimientos en fibra, triplicar las exportaciones y generar valor agregado desde la semilla, con foco en innovación, sustentabilidad y trazabilidad.

De la transferencia a la co-creación

Uno de los convenios se firmó con la Estación Experimental Agropecuaria Sáenz Peña (Chaco) y apunta a la co-creación y validación de nuevas variedades de algodón en distintos ambientes productivos del país. El acuerdo permitirá seleccionar hasta un 4% del banco total de líneas genéticas disponibles en INTA e incorporar eventos transgénicos y mutagénicos en los mejores materiales, combinando conocimiento científico con experiencia territorial.

El segundo convenio, con el Centro de Investigación del INTA en Castelar (Buenos Aires), se enfoca en investigación biotecnológica aplicada para conferir tolerancia a la deriva del herbicida 2,4D, un avance considerado clave para la sustentabilidad y el manejo del cultivo en zonas afectadas por este problema.

“El nuevo camino del algodón es una arquitectura de innovación abierta que articula ciencia, tecnología y producción. Apostamos a un modelo donde los avances en genética y biotecnología se traduzcan en resultados concretos para los productores y en más competitividad para toda la cadena”, destacó Alejandro Fried, director de Gensus.

Un problema crítico: la deriva de hormonales

En diálogo con El Campo Hoy, el presidente de Gensus, Pablo Vaquero, puso el foco en una de las principales amenazas que enfrenta el algodón en regiones como Santiago del Estero: las derivas de herbicidas hormonales, especialmente 2,4D.

“Cuando llega esa deriva de hormonales o 2,4D al cultivo, lo destrozan”, explicó. El impacto es tan severo que muchos productores decidieron abandonar la siembra de algodón, pese a ser un cultivo históricamente adaptado a la zona y clave para la rotación agrícola. El resultado: cientos de miles de hectáreas que migraron a otros cultivos.

Frente a este escenario, Gensus y el INTA Castelar trabajan en un proyecto de investigación biotecnológica que busca replicar un evento desarrollado hace más de 20 años en una universidad de Estados Unidos. “Estamos intentando reproducir ese evento biotecnológico, ese gen, e introgresarlo dentro de la planta de algodón”, detalló Vaquero.

El desarrollo no es inmediato. El proceso contempla varias etapas: desde evaluar la factibilidad del evento hasta lograr su incorporación efectiva en la planta. “Puede llevar un año encontrar el evento y uno o dos años más para introducirlo en el algodón”, aclaró.

Sustentabilidad y futuro

El objetivo es claro: dotar al algodón de tolerancia a posibles derivas para devolverle previsibilidad y sostenibilidad al sistema productivo. “Conferirle esta tolerancia va a acrecentar fuertemente la superficie y darle sustentabilidad al cultivo”, concluyó Vaquero.

Los pilares de “El Nuevo Camino del Algodón”

El programa que enmarca estos convenios se apoya en cuatro ejes centrales:

Nuevas tecnologías y variedades, incorporando biotecnología, selección genómica y edición génica.

Innovación abierta y articulación público-privada, con proyectos de I+D+i junto al INTA, universidades y empresas tecnológicas.

Sustentabilidad y trazabilidad, como base para fortalecer la cadena de valor.

Legalidad y certificación, a través de iniciativas como Semilla Segura y Sembrá Evolución Algodón, orientadas a mejorar la calidad y transparencia del mercado.

Con inversión, ciencia aplicada y una visión de largo plazo, la alianza busca devolverle al algodón argentino protagonismo productivo y competitividad global, apostando a un cultivo más tecnológico, sustentable y resiliente frente a los desafíos actuales.