El rol del campo en la historia: del “atraso” a la “vanguardia”

En el Congreso CREA 2022, un panel de historiadores reflexionó acerca de cómo el sector agropecuario argentino pasó de ser sinónimo de “atraso” para la sociedad, a convertirse hoy en un sector de vanguardia tecnológica, que bien puede ser la llave del desarrollo de la nación si se le diera la atención mínima necesaria desde el punto de vista político.

Así, el Congreso CREA 2022 dedicó un espacio para revisar por qué la Argentina nuevamente está frente una oportunidad histórica de la mano del campo, si no fuera porque la mayoría de sus políticas públicas están más orientadas a limitarlo en su potencial productivo, que a impulsarlo en su máxima capacidad.

Roy Hora, historiador e investigador principal del CONICET, junto a su colega Pablo Gerchunoff, en un panel coordinado por el abogado Diego Botana, se refirió a lo que el campo necesita hoy para convertirse en el mascarón de proa del avance económico y social del país.

“Ponerse en los zapatos del otro”

En diálogo con El Campo Hoy, posteriormente a su clase magistral en el escenario del Congreso CREA, el Dr. Roy Hora, invitó al sector productivo a salir de su zona de confort y dar respuestas a las demandas de la sociedad, para presentarse como una verdadera opción de cambio y desarrollo en un país con múltiples necesidades.

La idea de ampliar la mirada (tal el eslogan del Congreso), invita a ponerse en los zapatos del otro.

Según el historiador, esto puede lograrse ensayando una retrospectiva de largo plazo sobre las transformaciones que tuvo el campo y su relación con la sociedad, la cual no fue monótona a lo largo de la historia.

Hasta 1930 esa relación funcionó bien, con mucho crecimiento agrario, porque Argentina fue un país con capacidad de expandir su frontera productiva, incorporar innovaciones, y al mismo tiempo, satisfacer demandas de bienestar de la población.

Roy Hora considera que “ese mundo se fue haciendo más complicado desde la gran depresión de 1930 y a lo largo de todo el Siglo XX; ese fue el momento en el que los caminos del campo y la sociedad se separaron”.

Entre las razones que citó el historiador, en aquel entonces,

el campo dejó de tener rentabilidad social suficiente” como para proponer un modelo de sociedad que incluyera a todos.

“A lo largo del S.XX esta relación tuvo tensiones y conflictos con un campo que crecía poco y una sociedad que sobre todo en los últimos 30 o 40 años no vio satisfechas sus expectativas de mejora”.

La oportunidad del presente

Roy Hora sostiene que 

hoy la Argentina tiene una oportunidad de hacer compatible el crecimiento exportador con una mejora generalizada del bienestar.

Para ello, se necesitan varias cosas, no sólo el viento de cola de afuera sino asumir la importancia del sector exportador como un dinamizador de la economía. Sin embargo, “hay que tener presente algunas limitaciones, como el hecho de que esto no puede hacerse en desmedro de las demandas de las mayorías”. Y entender que “hoy el campo ya no tiene la capacidad suficiente como para ser el único motor potente de la economía como lo fue antes de 1930; eso significa que un proyecto de crecimiento tiene que incorporar hoy, tanto al sector exportador como a sectores volcados en el mercado interno”.

Un proyecto de futuro debe contemplar según Roy Hora, “un campo más potente, exportador pero que contribuya a darle mayor estabilidad macroeconómica al país, que genere ingresos por exportaciones, también procesos de cambio tecnológico, y también las otras actividades del mercado interno tienen que ser parte de la ecuación”. En ese sentido, 

necesitamos consensos políticos más amplios en torno a ese programa y todavía no los hemos logrado.

El concepto de “campo”

Respondiendo a la pregunta “cómo ha cambiado el concepto de campo a lo largo de la historia”, Roy Hora lo definió en grandes etapas.

“Si uno se remonta al S. XIX, el campo era el atraso; para Sarmiento, que veía la sociedad argentina dividida entre civilización y barbarie, el progreso era la civilización urbana y el campo era el atraso”, advirtió Hora.

“Eso cambió desde 1880 en adelante, cuando hubo un procesos muy importante de renovación productiva, sobre todo en la Pampa y apareció esa ganadería de punta que conquistó los mercados más exigentes y apareció una agricultura que transformó el paisaje social”.

Según el catedrático, en ese momento “el campo pasó a ser parte de la modernidad argentina”.

Pero “ya en el S. XX esa visión se fue opacando, porque el mundo no fue tan amigable para la Argentina y su sector agroexportador, y por tanto, el campo perdió dinamismo”.

Cabe señalar que 

durante el S. XX apareció otra utopía productiva, que decía que la Argentina sería un país mejor, con un mejor horizonte de bienestar para sus mayorías, gracias a la industria. 

Este período puede situarse entre 1930 y 1980. “De ahí en adelante Argentina es todo cuesta abajo”, dice Roy Hora.

Y en esta última etapa que estamos transitando, el campo resurge no sólo como un sector de mucho potencial de crecimiento, sino como un ámbito tecnológicamente de vanguardia”.

Así es como fue cambiando la imagen del campo, “en un momento más positiva, en otro más negativa, en algunos pasajes asociado a regímenes políticos peleados con la democracia, etapa que por suerte ha quedado atrás, y entonces hoy tenemos el desafío de que este campo más moderno sea una rueda de crecimiento para arrancar a esa mitad de la Argentina que vive en la pobreza y ofrecerle un horizonte de bienestar mejor que el que hoy tiene”.