Dudan de que se llegue a 10 millones de toneladas de trigo

“No recordamos una campaña con situaciones donde no se cosecha absolutamente nada de trigo, principalmente por esta falta de agua y la última estocada como fueron las heladas que nos jugaron una muy mala pasada”. Así reflexionó ante El Campo Hoy Enzo Cieri, gerente de desarrollo para la Región Sur de Don Mario Semillas, durante la tradicional jornada realizada este año en modo catarsis dada la debacle en la producción causada por la sequía más las heladas tardías.

Catarsis colectiva

El habitual intercambio entre disertantes y público este año en el establecimiento Don Florencio de Chacabuco, Buenos Aires, se emparentó más con una catarsis colectiva donde cada quien expuso las penurias de la campaña triguera, en especial en la castigada zona núcleo.

Cieri consideró que fue una jornada “más de acompañamiento de hablar de la campaña que estamos atravesando. Muchas de las personas que asistieron lamentablemente tuvieron que quemar trigo y hubo muchos quienes no lo tenían asegurado contra heladas. Fue más una jornada de ver y esperar ver qué opina Don Mario como empresa líder de trigo.

“Después de una campaña como esta vamos a estar todos muy pendientes de los pronósticos, aunque sean algo erráticos. Esta campaña nos enseñó a empezar a conocer un poquito más lo que estamos trabajando. La empresa es el campo, como es mi suelo, tengo o no napas, puedo jugar a adelantar la fecha de siembra para escapar a alguna sequía o alguna helada.

“El productor apuesta todos los años. Esta campaña es para borrón, cuenta nueva, cerrar los ojos aceptar lo que pasó, pero hay que apostar fuerte al trigo la campaña próxima desde ya dependiendo la campaña que estemos atravesando, los pronósticos y el suelo que estemos atravesando”.

Crudo diagnóstico de la cosecha

El especialista brindó un detalle zona por zona de la cosecha y llegó a una conclusión contundente. “Hoy estamos en Chacabuco, donde tenemos la napa a 4 metros, es decir que no tenemos napa. La zona más afectada era en norte de Buenos Aires, costa de Buenos Aires, sur de Santa Fe, sur de Córdoba. Entre Ríos viene muy bien, ya estamos por cosechar y tenemos un campañón. Y también nos llamó la atención el oeste de Buenos Aires y el sur de Buenos Aires. Pero la semana pasada estuvimos recorriendo el sur de Buenos Aires y hubo un golpe de heladas muy grande. Por lo cual hay situaciones donde se va a perder el 70% y lo mismo pasó en el oeste, donde la pérdida todavía no la tenemos muy medida”.

Cieri fue lapidario con los números finales de la campaña. “La semana pasada escuchaba que la Bolsa estimaba 14 millones de toneladas de trigo y la verdad me cuesta creer de donde van a salir. Se contaba con el volumen que podía generar el sur, pero hay que ver después de esta helada cual fue el impacto y no solo de la helada que pasó, sino que la semana pasada volvió a helar, dentro de 5 o 10 días vamos a ver otro daño.

“Si llegamos a 10 millones de toneladas te lo firmo acá, pero creo que vamos a estar un escalón más abajo”.

El manejo del cultivo durante la campaña

Consultado sobre el margen de maniobra del productor en una campaña tan compleja, Cieri precisó: “Todo comienza en la siembra. Aquellos que decidieron sembrar a fines de mayo o principios de junio arriesgando, tuvieron la mejor estrategia. Quienes esperaron lluvias y atrasaron los rendimientos fueron muy degradados. El límite fue el 15 de junio, sembrar antes y después explicó muchísimo. Además, hubo lluvias muy erráticas”.

Respecto del manejo del productor no hubo mucho por hacer. “Hay que ponerse en la piel de cada uno, es una producción donde estás arriesgando permanentemente y dependés de las condiciones climáticas, pero hoy al productor no se le puede reprochar nada. Se hizo lo que mejor se pudo. Estamos atravesando una campaña seca, el trigo está prácticamente perdido y lo que nos preocupa es el maíz y la soja. La mayoría del maíz se pasó a tardío, hay que ver si no va a bajar la superficie”.

Como estrategia el productor aplicó para el trigo un menor paquete tecnológico a la luz del alerta que marcaba la sequía. “Cuando se largó la siembra muchos decidieron hacer la fertilización al 100%, sea incorporado o no. Lo que no se incorporó se perdió, en lo que fue macollaje no tuvimos grandes inversiones de fungicidas porque las enfermedades venían muy tranquilas y cuando tuvimos un puntito de humedad se empezó a ver algo de roya amarilla, pero definitivamente no había muchas ganas de seguir invirtiendo por el rendimiento que íbamos a tener, a tal punto que se pensaba si se justificaba o no cosechar 1.000 kilos y muchos decidieron secar.