Cuando ya ni se rebusca el mango

Fernando Ortiz es la tercera generación de productores de frutas y hortalizas en Colonia Santa Rosa, una zona muy tropical de cultivo de banana, papayas, maracuyá y mango. A este cultivo, si bien no lo hacen de forma extensiva, cuando se puede lo comercializan. Además, en invierno producen tomate, pepino, berenjena, coreanito, pimiento, etc. Una empresa familiar que trabaja 24x7x365.

"En la zona son mayormente productores de fruta o de hortaliza, por lo que se ocupa la mano de obra la mitad del año, pero nosotros tratamos que los recursos humanos no tengan que irse a buscar trabajo a otras localidades, ya que los cosecheros se tienen que ir en verano a La Plata y Mendoza. Nosotros al tener un ciclo completo nos permite tener la mano de obra durante todo el año acá. Cuando la hay".

Bache productivo

Las plantas de mango de los Ortiz son perennes, están implantadas desde hace 10 años y vienen con algunas dificultades para cosecha por sus dimensiones, pero cuando pueden, las recolectan . El resto se hace hortalizas, aunque han tenido que reducir la producción por los costos de los insumos que se han incrementado hasta un 80 % en dólares (que pasó de 400 a 800 pesos). "Nos hemos reducido por las dos cosas: costos y falta de mano de obra", admite.

Comida a la basura 

"Estimamos unas 200 toneladas de mango sin cosechar, aunque es otra variedad de fruta distinta que la que se importa de otros países, ya que son mangos injertados, acá no está desarrollada como una producción, son árboles criollos con alguna dificultad para el manejo, lo que dificulta la cosecha", sostiene en referencia a que Argentina es importador de mango (casi 2 mil tn el año pasado), aunque de otra variedad.

Falta mano de obra

"Nos hemos achicado por los costos y la mano de obra que se ha ido perdiendo con el tiempo, la gente no tiene incentivos, acá se paga la escala salarial de peón rural, pero no tienen motivación. Los primeros días no viene nadie, y desde el 15 empiezan a venir, aunque vienen por el día".

Por último, analizó que el problema es más grave de lo que se dice. 

Creo que la reforma laboral es positiva, pero el tema es que la gente no quiere trabajar, no es una cuestión de una ley.