Calidad de vida, en el interior del interior

Si bien Argentina sigue siendo básicamente un país agroexportador, cuya economía se sostiene en el ingreso de las divisas del agro; muestra una faceta demográfica que contrasta: alrededor del 92 % de su población vive en zonas urbanas. En consecuencia, la gente que vive en zonas rurales representa menos del 8 % del total, una proporción rural que ha ido cayendo con los años. 

Esta alta concentración urbana implica que la planificación de servicios — transporte, salud, educación, vivienda, infraestructura — está muy sesgada hacia las ciudades. Las zonas rurales, al tener tan poca población relativa, suelen quedar más desatendidas o con menor densidad de servicios.

Para revertir esta tendencia, la Fundación Es Vicis viene llevando adelante un trabajo puntual en María Teresa, una localidad santafesina de 4.000 habitantes, en donde recientemente realizó un diagnóstico integral de la localidad que incluyó una encuesta al 40 % de los hogares para conocer su realidad social, económica y comunitaria. El estudio revela altos niveles de confianza institucional, orgullo de pertenencia y voluntad de arraigo. Aunque también desafíos para hacer posible la voluntad de los jóvenes de vivir en su pueblo.

Mercedes Manfroni, representante de la organización, explicó a El Campo Hoy que el trabajo se centra en el desarrollo de estas comunidades a través de proyectos de repoblación y apoyo a emprendedores.

"Cuando empezamos a trabajar con un pequeño pueblo hacemos una encuesta que releva un montón de cuestiones que tienen que ver con la economía local, con la situación habitacional, la educación, la salud y otras cuestiones socioculturales", señala.

Según expresó, "el 98% de los hogares dice que tiene un nivel de orgullo alto o medio por su pueblo". Sin embargo, también se presenta un desafío significativo: el 78% de los encuestados ha escuchado la frase "para progresar te tenés que ir del pueblo", lo que genera una percepción negativa sobre el futuro en estas comunidades.

En cuanto a los jóvenes, el 60% de los encuestados entre 18 y 24 años expresa el deseo de quedarse en su pueblo, lo que contrasta con la narrativa de migración. "Esto es una fortaleza, indudablemente", resalta Mercedes. 

A pesar de esto, se identifican varios desafíos, como la necesidad de mejorar los servicios públicos, destacando la falta de cloacas y gas natural, que son limitantes para atraer industrias. Además, el 35% de los hogares busca soluciones habitacionales, reflejando una problemática que también afecta a las grandes ciudades.

No se quieren volver 

Mercedes menciona que en los proyectos de repoblación, el 90% de las personas que se mudaron a los pueblos desde las ciudades siguen residiendo allí. Un ejemplo es un médico que se mudó a Maggiolo, quien ha sido bien recibido por la comunidad. "La historia de Ignacio es muy linda, es muy inspiradora", comenta Mercedes sobre el impacto positivo de su llegada.

La representante de la Fundación destaca la importancia de integrar iniciativas de desarrollo rural en políticas de Estado. "El desafío está en que sea una política pensada a largo plazo, que sea algo sostenible", concluye. Para el próximo año, la organización busca convocar nuevos pueblos interesados en sus programas, continuando con su labor de relevamiento y apoyo a comunidades rurales en Argentina.

Los datos de la encuesta

El trabajo, realizado entre abril y octubre, ofrece una radiografía precisa de la vida en el pueblo y una herramienta concreta para planificar políticas públicas basadas en evidencia.

La encuesta se desarrolló a partir de una matriz metodológica previamente elaborada por la Fundación, con el acompañamiento de un equipo interdisciplinario de profesionales de evaluación de proyectos y desarrollo local de FLACSO Argentina, garantizando la calidad técnica y la comparabilidad de los datos obtenidos.

“Contar con datos locales de calidad es una muestra de madurez institucional. María Teresa demuestra que un pueblo pequeño puede liderar procesos de conocimiento y planificación que inspiran a otras localidades del país”, señaló Manfroni.

Una comunidad con identidad y confianza

El estudio muestra una comunidad cohesionada y con fuerte identidad: el 68,6 % de los habitantes expresa un alto orgullo de pertenencia y el 29,4 %, medio. Solo el 2 % de los hogares manifestó sentir poco orgullo de pertenecer al pueblo. Mientras que el 63,5 % confía en la Comuna, que es la institución que mayor confianza genera en la comunidad. Este capital institucional, junto con un alto sentido de arraigo, constituye una ventaja estratégica para impulsar el desarrollo local.

En términos habitacionales, el 58 % de los hogares es propietario de la vivienda y el terreno, un valor cercano al promedio nacional, pero con una demanda latente de soluciones habitacionales accesibles: más de un tercio de los hogares busca una alternativa de vivienda para todos o alguno de los cohabitantes.

La economía local combina autoempleo, emprendimientos familiares (19,8 %) y empleo público (15,9 %), lo que configura una estructura diversificada con potencial de crecimiento. La tasa de desempleo (9,9 %), ligeramente por encima del promedio nacional (7,9 %), marca el desafío de seguir ampliando las oportunidades laborales y productivas.

En cuanto a la Salud, el 73,4% valoró positivamente el servicio local: 9,9 % cree que es “excelente”; el 25,8 % lo considera “muy bueno” y el 37,7%, “bueno”. Sin embargo hay una alta demanda de algunas especialidades médicas, por ejemplo, “pediatría”.

Los indicadores de inclusión digital y seguridad muestran niveles alentadores: el 91,9 % de los hogares tiene acceso a internet, el 94 % percibe que el pueblo es seguro.

En conjunto, los resultados permiten afirmar que María Teresa cuenta con una base social sólida, instituciones confiables y un fuerte sentido de pertenencia, pero también con desafíos estructurales en materia de vivienda, empleo y oportunidades para jóvenes.

Capitalizar sus fortalezas —la confianza, la seguridad, la digitalización y la cohesión social— será clave para profundizar su modelo de desarrollo local sostenible con arraigo.