Accidentes en el campo: un informe revela cifras que encienden las alarmas

Un nuevo informe provisorio de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), analizado por el médico y especialista en Medicina Agrícola Dr. Marcos Grigioni, expone un panorama preocupante —y en algunos aspectos dramático— sobre la siniestralidad laboral en el sector agrario argentino. La comparación entre el primer semestre de 2024 y el mismo período de 2025 muestra incrementos de enorme gravedad en accidentes mortales y lesiones severas, a la vez que confirma tendencias que el especialista viene señalando desde hace meses.

Muertes que se duplican

La cifra más impactante es la de fallecimientos: las muertes por accidentes agropecuarios se duplicaron, alcanzando 50 trabajadores fallecidos solo en el primer semestre de 2025.

Según Grigioni, este dato coincide con las alertas que viene publicando en sus boletines de Medicina Agrícola: “Cuando los datos aparecen, hablan fuerte. Esto confirma que el problema está lejos de ser percibido en su verdadera magnitud”.

Amputaciones: más de 90 casos en cada semestre

Las amputaciones, uno de los indicadores más severos de la siniestralidad rural, se mantuvieron estables pero en niveles alarmantes: más de 90 casos tanto en 2024 como en 2025. La persistencia de estos números evidencia la falta de mejoras estructurales en el manejo de maquinaria, herramientas y condiciones de trabajo.

Intoxicaciones en descenso, pero otros riesgos crecen exponencialmente

Una de las pocas cifras positivas del informe es la reducción de intoxicaciones: cayeron casi un 40% entre ambos periodos. No obstante, esta mejora queda opacada por el aumento explosivo de otros riesgos:

Lesiones por electricidad: +90%

Accidentes vinculados al fuego: +250%

Situaciones con impacto psíquico: +60%

Este comportamiento sugiere, según especialistas, que la matriz de riesgo del campo argentino se está diversificando y volviéndose más compleja.

Las provincias más afectadas

El mapa de la siniestralidad agropecuaria se concentra en seis provincias: Buenos Aires, Córdoba, Río Negro, Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos.

Estas regiones no solo representan gran parte de la actividad productiva nacional, sino que también comparten problemáticas estructurales: uso intensivo de maquinaria, trabajos a la intemperie, jornadas extensas y condiciones laborales muy heterogéneas.

La importancia de medir para mejorar

Grigioni advierte que la falta de información confiable ha sido históricamente un obstáculo para dimensionar el problema. “Cuando hay datos, son difíciles de objetar. Saber qué sucede permite al sector agropecuario hacer una autocrítica profunda: qué estamos haciendo mal, qué debemos mejorar y por qué está pasando lo que pasa”.

El especialista —que combina formación en medicina, cirugía, salud laboral, medicina agrícola, educación rural, desarrollo sustentable, innovación agroalimentaria y periodismo agropecuario— sostiene que la prevención debe ser pensada de manera integral, atendiendo tanto a factores técnicos como culturales.

Un llamado urgente a la acción

El informe de la SRT no solo exhibe cifras: expone una realidad que atraviesa al campo argentino y que exige respuestas inmediatas: desde políticas públicas más específicas hasta capacitaciones, mejores estándares de seguridad y una transformación profunda en la gestión del riesgo.

El desafío, como resume Grigioni, es mayúsculo: “El complejo mundo de la producción agropecuaria necesita estrategias integradas, sostenibles y basadas en evidencia. Hoy los datos nos están diciendo que no podemos seguir como hasta ahora”.