Tucumán, la batalla que no fue

Estamos en la calle 24 de septiembre, frente a la Plaza Independencia en Tucumán, y recordamos la fecha, 24 de septiembre de 1812, de la batalla de Tucumán. Anoche iba a haber otra batalla, con gobernadores sentados frente a la Casa Histórica y el presidente pronunciando un discurso tras diez intensos días de reuniones.

La reunión de los 23 gobernadores en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) cambió la relación que algunos mandatarios tenían con el gobierno. 

Gobernadores como Jaldo de Tucumán, entre otros, habían mostrado una buena relación que se tradujo en el apoyo a leyes necesarias para el gobierno. Sin embargo, el clima cambió, y desde Kicillof hasta el más afín a Milei, los gobernadores se unieron para pedir fondos.

Esto se puede entender como la paritaria de los gobernadores contra el Estado Nacional, un clásico en la política argentina. Las provincias tienen derecho a reclamar fondos a la Nación, y la discusión sobre la recaudación y distribución de impuestos siempre termina en un reclamo de los gobernadores al Gobierno nacional, con acuerdos que no siempre se cumplen.

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Con el inicio de la campaña electoral, esta paritaria se complica. Los gobernadores buscan listas propias en respuesta a la decisión del presidente de que en cada provincia haya una lista de La Libertad Avanza. Así, LLA se convierte en la fuerza nacional contra la que competirán los líderes provinciales.

En el último domingo de octubre, se verá cómo esta fuerza nacional obtendrá una cantidad significativa de votos, posiblemente suficiente para ganar la elección. La dispersión de fuerzas políticas, excepto el peronismo kirchnerista, complicaría la contabilización de los votos de las distintas provincias.

Hoy Milei, en una conversación radial, acusa a los gobernadores de querer tirar todo por la borda. Esto recuerda a la historia de otros líderes que enfrentaron desafíos similares. El encuentro que iba a teatralizar el desencuentro no se llevó a cabo, ya que ni Milei ni los gobernadores asistieron.

La falta de presencia de los gobernadores llevó a la ausencia de Milei, quien no quería hablar solo ante funcionarios del gobierno local. Esto marca el final de una relación que duró un año y medio, donde el presidente tuvo aliados en el Congreso.

En los meses que quedan hasta diciembre, observaremos si esta relación quebrada tendrá consecuencias fatales para el plan económico del libertario. Existe el riesgo de que se expongan problemas que afecten su plan al arrebatarle fondos.

Milei, al igual que Cristina Kirchner en su momento, invita a los gobernadores a competir. Su confianza en el resultado parece alta, considerando la dispersión del sistema político actual frente a su figura.

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