Milei terminó mal una gira en la que le fue bien

El año pasado, Javier Milei hizo su debut en el Foro de Davos, donde acusó a sus miembros de ser comunistas. En esa ocasión, se observó que había perdido una oportunidad valiosa para presentar al mundo sus planes para el país. Esta mañana, en una nueva presentación, Milei desaprovechó otra ocasión para comunicar los avances de Argentina en el último año.

Durante su intervención, que tuvo lugar en la madrugada argentina y al mediodía en Suiza, Milei tenía la posibilidad de informar sobre las mejoras económicas en Argentina, que incluían la reducción del déficit fiscal y la disminución de la inflación, gracias a las políticas implementadas por su gobierno. Sin embargo, no abordó estos temas. En su lugar, ofreció un discurso centrado en cuestiones ideológicas, donde cuestionó el enfoque cultural y social del Foro de Davos.

El presidente se refirió al "wokismo", un conjunto de ideas vinculadas al feminismo y la igualdad de género, afirmando que estas políticas habían complicado la vida social y gubernamental en varios países, incluida Argentina. “El wokismo es como una epidemia que hay que curar y un cáncer que hay que extirpar”, expresó Milei, generando preocupación sobre el significado de tales palabras.

Las declaraciones sobre el wukismo como un “virus mental” llevaron a cuestionar si aquellos que no comparten su visión están, de alguna manera, en un estado de locura o desajuste. Además, utilizó ejemplos para criticar las cuestiones de género, como un incidente en Estados Unidos que involucró a una pareja homosexual y sus hijos adoptivos.

A pesar de que se puede entender su postura conservadora respecto a los matrimonios homosexuales y la adopción por parte de parejas del mismo sexo, se destacó que es erróneo desvirtuar la realidad. Los datos demuestran que los casos de abuso sexual no son más frecuentes en homosexuales que en heterosexuales, y esta distorsión de la verdad en el discurso de Milei fue considerada problemática, especialmente ante una audiencia bien informada.

El presidente también acusó al Foro de Davos de ser responsable del desorden mundial, señalando que había sido un cómplice del wokismo y que organismos como la Unión Europea habían actuado como su brazo armado. Estas afirmaciones generaron un clima tenso, y el final de su discurso se tradujo en aplausos apagados y críticas entre los asistentes del foro.

La intervención de Milei se interpretó como una pérdida de una nueva oportunidad para presentar a Argentina como un destino atractivo para la inversión. A pesar de haber tenido una gira exitosa por Estados Unidos y Suiza, su discurso en Davos dejó un sabor amargo, evidenciado por la tibieza de la recepción de su mensaje.