Las sorpresas legislativas de fin de año

Las legislativas de fin de año siempre traen sorpresas. Hoy, 8 de diciembre, la gente comienza a cambiar el chip hacia las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Este cambio de mentalidad genera un desinterés natural por los temas políticos, algo que comprendo perfectamente. Sin embargo, es en este contexto donde ocurren las decisiones más costosas y controversiales.

La tradición argentina de legislar en diciembre se mantiene. Mientras armamos el Arbolito, el Congreso se ocupa de tratar leyes que no siempre son beneficiosas. Recordemos el diciembre de 2017, cuando la reforma previsional desató un gran conflicto social. Ahora, se presenta la reforma laboral, una cuestión que se vuelve imperiosa, aunque no se espera que se vote antes del 31 de diciembre. Es probable que su tratamiento se extienda hasta febrero.

En la provincia de Buenos Aires, ya se aprobó un endeudamiento del gobernador Axel Kicillof, que todavía depende de la habilitación del ministro Caputo. Este puede ser el último gran conflicto político del año. Además, se amplió la cantidad de miembros del directorio de Bapro, lo que favorece a varios partidos políticos que apoyaron este endeudamiento.

En Córdoba, se avecina otra reforma previsional. La caja de jubilaciones provincial enfrenta un déficit significativo y se prevé un nuevo ajuste. El gobierno de Martín Llaryora impulsa cambios que incluyen topes y emisión de bonos. Esto se discute mientras algunos legisladores, que no son del partido oficial, promueven estas leyes.

En cuanto a la reforma laboral, la Corte de la Ciudad de Buenos Aires anuncia un fallo que limitará los intereses en indemnizaciones, lo que representa un cambio importante para las pequeñas y medianas empresas. Este tipo de decisiones pueden alterar el panorama laboral.

Mientras la gente celebra las fiestas, algunos observamos con atención lo que sucede en el Congreso y las legislaturas provinciales. Las sorpresas están a la vuelta de la esquina. Así que, mientras disfrutamos del vitel toné y el pan dulce, no perdemos de vista el escenario político que se despliega ante nosotros.