Hay formas de hacer campaña

Hay formas de hacer campaña. Y las que estamos empezando a ver, y las que ya vimos en la provincia de Buenos Aires, inquietan bastante. A lo que me refiero es que cada aparición del presidente Milei es seguida por una manifestación que intenta agredir a los libertarios o al propio Presidente. Estas manifestaciones se envuelven con una especie de justificación, argumentando que el discurso violento de Milei legitima la protesta en su contra. 

Me parece que es todo lo contrario. De ninguna manera el lenguaje, que efectivamente muchas veces es violento de parte del presidente, justifica seguir incentivando la violencia. Ya hemos dicho aquí que de la violencia verbal se puede pasar a la violencia física en un solo paso. Y es ahí cuando el kirchnerismo no frena y organiza manifestaciones en contra del presidente.

Hago una rápida enumeración. El presidente vino a Córdoba para abrir la campaña electoral. En la Plaza de España, a pocos metros del acto al que iba a llegar para ser el principal orador, hubo una protesta que terminó en enfrentamientos cuando se cruzó una columna de las Fuerzas del Cielo, libertarios, con otro grupo de manifestantes. No hubo heridos ni saldos fatales por milagro, pero la Policía tuvo que actuar para tratar de despejar la situación. 

En la provincia de Buenos Aires, durante la campaña por la elección local, vimos cómo en al menos dos ocasiones le arrojaron objetos contundentes a la caravana y al propio presidente. ¿Cuántos centímetros debe haber entre un objeto que puede ser mortal y la cabeza del presidente? ¿O depende de la puntería del agresor?. 

Este mismo lunes, en Ushuaia, el presidente intentó hacer una caravana por las calles céntricas de la capital de Tierra del Fuego, pero había una manifestación de la Unión Laboral y Metalúrgica, un gremio peronista, que intentó impedirlo y de hecho lo logró. El Presidente no llegó a caminar media cuadra.  

La oposición juega con fuego y quienes observamos desde afuera vemos que tiende a naturalizarse la violencia política en medio de una campaña electoral. Esto no necesariamente pasaba en otras campañas. No es normal que se organicen manifestaciones para agredir al rival, en este caso al presidente.

Algunos creen o piensan que la violencia es justificable según la cara del cliente. Si a mí Milei no me gusta, está bien que le tiren piedras, pero si soy de Milei, entonces está mal. No, siempre está mal que le tiren piedras a quien sea. La violencia siempre está mal. Perdón por la obviedad, pero debo recordarla, ya que se pasa por alto por los principales dirigentes políticos de Argentina.

Falta mucho todavía para la campaña electoral, casi un mes donde se realizarán los principales actos políticos. Más vale alertar sobre esto. Me gustaría que alguien pueda escuchar y tomar nota. Honestamente, soy pesimista.