Sorpresa, el denominador común de la prensa italiana ante Francisco

La elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco el 13 de marzo de 2013 fue recibida por la prensa italiana con una mezcla de sorpresa, análisis geopolítico y cierta sensación de "traición" entre algunos sectores, especialmente porque el favorito inicial era el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán.

Los principales diarios italianos destacaron tanto el carácter inesperado del resultado como las implicancias de elegir a un no europeo por primera vez en más de un milenio.

Corriere della Sera, uno de los diarios más influyentes, habló de una elección "geopolítica".

El historiador Vittorio Messori escribió que los cardenales optaron por un giro hacia el sur global, comparándolo con la elección de Juan Pablo II en 1978.

Para este medio, la elección de Bergoglio reflejaba un cambio de eje hacia América Latina, región con un creciente número de fieles católicos, frente a una Europa en declive religioso.

La Stampa, de Turín, fue más allá y sugirió una "traición" interna.

Según el vaticanista Giacomo Galeazzi, Scola, considerado el candidato de la Curia y de los cardenales italianos, perdió apoyo por una confluencia de intereses: los extraeuropeos querían un Papa del "Nuevo Mundo", y dentro de la Curia, figuras como Tarcisio Bertone y Angelo Sodano no respaldaron al milanés.

Esto marcó el fin de la hegemonía italiana en el papado, un tema sensible en un país que había dominado la Santa Sede durante siglos.

Il Messaggero, de Roma, destacó la sencillez de Francisco como un punto de inflexión.

Su elección del nombre "Francisco", en honor a San Francisco de Asís, y su primera aparición sin ornamentos lujosos fueron interpretados como el inicio de una era de humildad tras los escándalos que habían sacudido a la Iglesia bajo Benedicto XVI. El diario vio en esto una promesa de renovación.

El traspié de los obispos italianos

Sin embargo, la sorpresa inicial dio paso a un error notable: la Conferencia Episcopal Italiana envió un comunicado felicitando a Scola como nuevo Papa a las 20:24, antes de que se anunciara oficialmente a Bergoglio.

Una hora después, corrigieron con el nombre de Francisco, un traspié que reflejó la confusión y las expectativas frustradas de los italianos.

En resumen, la prensa italiana osciló entre el asombro por un Papa argentino y jesuita, el análisis de un cambio global en la Iglesia y el desconcierto por la derrota de su candidato local. 

La elección de Francisco fue vista como un golpe a la tradición romana y un mensaje de apertura al mundo, aunque no sin cierta nostalgia por el poder perdido.